La humanidad apenas pasó el año 1820.
El béisbol que se jugaba era típicamente sabanero, sin reglas, sin guantes, sin protección alguna, intentaban copiar el cricket y el rounder, juego también llamado rondá, rondada o la quemada. No, no fue una competición, sólo de entrenamiento, en las sabanas de Nueva Inglaterra, Nueva York y Pensilvania.
Ese mismo año poco o nada se sabía sobre fotografía. Pero un inquieto inventor francés llamado Nicéphore Niépce fue el primero en creer que una imagen podía capturarse y conservarse. Lo logró sobre una plancha de plata untada con betún judío, para exponer la imagen durante varios días.
Más que una fotografía, fue un proceso de heliografía. Así que el béisbol y la fotografía nacieron juntos, se perfeccionaron juntos y juntos han sido industrias importantes durante tres siglos, el XIX, el XX y el XXI.
En Francia, Inglaterra y Estados Unidos, más de 20 personas, muy bien formadas en química, trabajaron incansablemente, hasta que aparecieron los industriales de Kodak y Agfa, para poner una cámara en todas las manos del mundo.
Pero la cosa no quedó ahí, porque la cámara de casa desapareció, quedó sepultada por los teléfonos móviles e Internet. Ni siquiera los fotógrafos saben ahora qué era el betún de Judea ni para qué se utilizaba el hiposulfito de sodio. El caso es que ahora una suegra feliz, con el móvil en la mano, sin saber nada de fotografía, puede captar tantos gráficos como sean necesarios para preservar la historia de una celebración familiar.
El béisbol se convirtió en un espectáculo nacional en Estados Unidos con la inauguración, en 1869, de las Medias Rojas de Cincinnati. Y dos años después, en 1871, sin guantes, pero con mucha afición y entusiasmo de sobra, apareció la primera gran liga, la Asociación Nacional.
Recién en 1871, el británico Richard Meaddox fue el primero en utilizar gelatina en lugar de colodión, lo que supuso un avance notable, ya que aceleró el proceso de impresión. Volaron así hacia la mejora de la nueva industria, la fotografía. Al mismo tiempo, la gente del béisbol aprovechó la experiencia de cinco años de la Asociación Nacional para fundar la Liga Nacional, ahora con una mejor organización como empresa y como unidad deportiva. La Asociación Nacional había operado con 10 equipos, los Nacionales de Washington, los Juegos Olímpicos de Washington, los Medias Blancas de Chicago, los Medias Rojas de Boston, los Mutuals de Nueva York, Troy Haymaker, Fort Wayne Kekiongas, los Cleveland Forest Citys, los Rockford Forest Citys y los Atléticos de Filadelfia.
Hoy ya no es necesario ir al estadio para ver el partido. ¡Simplemente mueve los botones correspondientes del televisor y juega a la pelota! sin calefacción.
La nueva industria del souvenir
Hasta hace unas décadas, el único souvenir que se vendía en el béisbol eran las tarjetas «Topps», con fotografías de cada jugador y su número.
Ahora hay souvenirs de todo tipo imaginable. Tanto es así que los equipos ya no visten a sus jugadores con los dos trajes que eran tradición. Hay clubes que utilizan hasta 10 uniformes diferentes, para que cada uno sea del interés de los coleccionistas y los compren como souvenir.
La imagen del béisbol que más se ha publicado en periódicos, revistas, programas de televisión y como souvenir ya cuenta con 100 millones de copias.
Por supuesto, está el más famoso del béisbol, el del seguro Ty Cobb. El tercera base de los Highlanders es Jimmy Austin, el árbitro Bill Dinneen. Capturado por Charles M. Conlon el 23 de julio de 1910 en Hilltop Park, Manhattan.
Cajones pequeños innovadores
A principios del siglo XX, Kodak y Agfa inundaron el mundo de pequeñas bandejas negras, que aceptaban un rollo de película con el que todos podíamos fotografiar.
Al mismo tiempo, vendieron a la mayoría de periódicos y revistas del mundo cámaras muy grandes y pesadas, pero magníficas en su trabajo, a las que llamamos Speed Graphic.
Posteriormente, para la venta al público, lanzaron las cámaras pod. Se abría la lente según la luz ambiental y se ajustaba la distancia al objeto a fotografiar. Dieron muy buenas fotografías.
Los hermanos franceses Auguste Lumière y Louis Lumière, figuras de la invención del cine, también trabajaron con éxito en el desarrollo de la fotografía, inventando el autocromo, la base del color.
Pero fue en 1936 cuando el color en las imágenes se volvió comercial. Es decir, en aquella época cualquiera podía comprar rollos de colores y hacerse fotografías con ellos.