Por la energía, intensidad y ruido con que se juega cada enfrentamiento entre Caracas y Táchira, el duelo entre los equipos más exitosos del fútbol nacional es desde hace tiempo un clásico con mayúsculas. Ningún otro partido despierta tanto interés en todo el país como el que volvió a enfrentar ayer a los grandes del fútbol nacional en el Estadio Olímpico de la UCV en el primer partido de la última plaza de la Liga Futve.
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Desde el inicio, el partido presentó dos expresiones muy distintas sobre el terreno de juego. Por un lado, el Caracas de Leonardo González utilizó sus mejores atributos para imponer sus condiciones: el poder de Oguns y la velocidad de Richard Celis para dejarse caer por las bandas. Eduardo Saragós Táchira prefirió la cautela. El control del balón, que siempre recae en la inteligencia y capacidad de sincronización de Maurice Cova, careció de verdugos para aprovechar la mayor posesión que tuvo en el primer tiempo, porque Saragó dejó fuera a los argentinos Gonzalo Ritacco y Esli García, alfa y omega de Fútbol asociado, de toques, maniobras y definiciones.
La velocidad del Caracas para salir del área con apenas unos toques tuvo mucha urgencia. No tuvo la delicadeza del toque de Bryant Ortega para poner el pase entre líneas, y las pocas veces que lo intentó no hubo conexión con los hombres de arriba: Guarirapa y Oguns. Tampoco el Táchira mostró la profundidad para darle sentido a sus posesiones más largas. Lo mejor fue una jugada de tablero en un córner que Gerson Chacón culminó con un disparo que pegó en el rostro de Rubert Quijada.
La segunda parte también se jugó con más empuje que precisión en las acciones. Un centro de Esli García añadió más ritmo y desequilibrio al control del balón del Táchira, pero sin crear situaciones que necesitaran el portero Alain Baroja, cuya única intervención fue en una jugada a balón parado en un claro fuera de juego que anuló el disparo que logró con su habitual puntualidad. . .
Las pocas luces que mostraba Caracas se apagaron mientras las energías de Ogun flaqueaban, Guarirapa se perdía en la bruma de la defensa del Tachire y Robert Celis se quedaba sin gasolina. Los tres abandonaron el campo, pero sus sustitutos poco hicieron para romper el arco negro y oro.
Leo González tuvo que volver a utilizar la juventud de Manuel Sulbarán, Ender Echenique y Edson Rivas, pero ninguno de ellos mostró claridad con el balón ni fue absorbido por la sólida defensa del Táchira, que nuevamente mantuvo su portería a cero y extendió a 23 su racha de invicto. .
Para Caracas, es una serie de partidos sin ganar. Los ‘reds’ han encadenado siete encuentros consecutivos sin conseguir los tres puntos, fruto de la dificultad que han mostrado los de Leo González para encontrar un centrocampista que organice el juego y cree situaciones de peligro alimentando a los delanteros para que miren hacia el arco. .
La desconexión que viven Oguns, Guarirapa y Celis con la mitad del campo y entre ellos los ha dejado aislados y dependientes de lo que cada uno puede lograr en situaciones de uno contra uno. Aunque un punto es mejor que una derrota, Caracas debe abordar rápidamente sus deficiencias en la creación y finalización si quiere llegar al enfrentamiento final por el título. El Táchira sale con ventaja con este punto de visitante y con cero, en un partido donde Saragó fue muy cauteloso y guardó lo mejor para el partido de vuelta, donde con Ritaco, Esli y Chacón en el campo, el Aurinegro puede ofrecer un espectáculo menos tacaño.
FVF contagia al país el sentimiento Vinotinto con gran afinidad
El trabajo de la Federación Venezolana de Fútbol para cumplir con la clasificación al Mundial 2026 está en línea con los resultados alcanzados por la Vinotinto en estos primeros días.
El comité ha vuelto a conectar con los sentimientos más profundos de la afición, y esto se debe en parte al eficaz esfuerzo que ha hecho la FVF en todas las plataformas que han sabido canalizar este buen inicio, a través de emotivos videos, frases que han aparecido espontáneamente en memes y los difusión de todo lo relacionado con los partidos, a través de las previas y entrevistas post partido que realizan en su propio canal de YouTube, invitando a jugadores históricos de la selección nacional a enriquecer los comentarios.
Por eso no sorprende el apoyo que ha logrado el equipo en el estadio de Maturín, donde se batió el récord de asistencia en el triunfo ante Chile. Es posible que en el próximo duelo contra Ecuador en noviembre, «La Joya de Oriente» vuelva a llenarse con tanta motivación por parte de la FVF que la gente se contagie del sentimiento Vinotinto.
El gran desafío para la generación de relevo comienza con el preolímpico
El año que viene parece muy ocupado para las selecciones nacionales. La Vinotinto U23 de Ricardo Valiño tendrá un gran desafío en enero con la disputa del campeonato preolímpico para participar en los Juegos de París 2024 que se disputarán en Cabudare, Valencia y Caracas. La fase de grupos dejó a Venezuela en compañía de Brasil, Colombia, Bolivia y Ecuador, y para avanzar a la siguiente ronda debe terminar entre los dos primeros del cuadro, lo que parece una tarea alcanzable dado el trabajo que ha hecho Valiño. esta competencia.
El futuro de la selección se verá en este torneo con la generación de relevo encabezada por la camiseta número 10, David Martínez, y el delantero del Shakhtar, Kevin Kelsy, candidatos a recibir la convocatoria a la selección absoluta, una vez cumplida esta primera proceso de desarrollo competitivo en sus carreras. Los festejos preolímpicos servirán también para recuperar el hermoso entorno del estadio Cabudare, una de las joyas que dejó la Copa América y que requiere de su total restauración para albergar el torneo.