Miggy no podía irse de Oakland sin recibir el cariño de los fanáticos. Y en su último giro de lo que fue una blanqueada de 2-0 de los Tigres de Detroit sobre los Atléticos, los asistentes al Oakland Coliseum se pusieron de pie. Le dieron un aplauso a Miguel Cabrera, quien fue su rival durante tantos años.
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Esto fue especial, ya que era el último de su multipremiada carrera vistiendo un «uniforme gris»; que es el que suelen utilizar los clubes de Grandes Ligas cuando juegan de visitante. El punto de inflexión que marcó la historia personal de Miguel. Es el preludio de lo que será la última semana como beisbolista profesional.
Pero ‘Miggy’ no se vio como un rival el domingo. La reputación que ha construido a lo largo de los años es tal que se ganó el derecho de ser admirado en cada estadio que visitó a lo largo de su carrera.
Parte de eso es lo que le ha llevado a estar nominado al premio Roberto Clemente, el cariño que ha recibido de la gente. Él mismo lo ha devuelto con su apoyo a las comunidades locales. Por supuesto, cada una de sus actuaciones le ha aportado eso.
En Oakland, alcanzó HR 200
Ahora en Oakland vivió momentos importantes de su vida deportiva al más alto nivel. Allí conectó el jonrón número 200 de su carrera el 23 de agosto de 2009 ante los lanzamientos de Michael Wertz. También tuvo uno de sus 49 juegos con cuatro o más hits, el mismo en el que anotó exactamente tres carreras el 10 de mayo de 2012, año en el que comenzó a conquistar la primera triple corona de bateo en 45 años.