Pobladores de La Curbatera I y II, Panamayal y la región central de Caigua, parroquia indígena del municipio de Simón Bolívar en el estado Anzoátegui, se abastecen de agua a través de una red de tuberías gracias a la reactivación de la estación de bombeo, ubicada en el borde de la laguna El Zamuro.
Las instalaciones están dotadas de motor y bomba hidráulica nuevos, además, se han realizado trabajos de mantenimiento general que incluyen pintura, mejoras eléctricas y limpieza de infraestructura, actuaciones para asegurar su operatividad.
El alcalde Sugey Herrera visitó la planta y verificó su funcionamiento, junto a los directores y regidores, y explicó que se instaló un juego completo de motobombas de 45HP, como parte de las acciones necesarias que continúan desarrollando para generar mejores condiciones de vida para las familias caigüeras.
La operación de esta planta beneficia directamente a 1.200 familias de la zona centro de Caigua, ya otras 680 familias de las zonas La Curbatera I y II, y en Panamayal.
Con esta estación de retiro, la frecuencia y el ciclo de distribución del recurso hídrico han aumentado en áreas donde antes había escasez de suministros, dijo Herrera.
Atentos al camino a Caigua
Por otro lado, la Alcaldía de Barcelona realizará los trabajos de limpieza de márgenes y sumideros de la carretera Barcelona-Caigua.
Así lo dio a conocer el presidente local durante una visita a esa parroquia indígena, quien explicó que también se realizarán deshierbes en la zona.
Herrera explicó que había un desagüe obstruido, compuesto por dos cañerías de concreto, que se llenó de tierra, producto de las fuertes lluvias en la zona, por lo que fue necesario retirar este residuo con maquinaria pesada para permitir que el agua de lluvia circule sin causar daños a viviendas y cultivos.
Es una alcantarilla que recoge el agua de lluvia y la dirige a cañerías y lagunas de la zona.
Una parroquia importante
Las referencias históricas sugieren que muchos pueblos misioneros en el oriente de Venezuela fueron planeados en Caigua.
Era conocido como pueblo indígena con el nombre de Acuripacuar antes de ser fundado por el monje Don Juan Manuel Yangües, quien era el comisario general de las misiones franciscanas en Píritu, y quien enseñaba catecismo a un grupo de indígenas bajo el mando del cacique de Caigua, por lo que el asentamiento tomó su nombre.
El pueblo cuenta con una iglesia que fue declarada Patrimonio Histórico de Venezuela en 1960 por conservar signos de la época colonial.