En una manifestación de solidaridad y repudio por la muerte de un joven en Nanterre, Francia, a manos de la policía, los disturbios se extendieron más allá de las fronteras francesas, llegando a Bélgica y Suiza durante la noche del sábado.
Las manifestaciones, inicialmente convocadas en Francia, encontraron eco en otras ciudades europeas, donde los manifestantes expresaron su indignación por la violencia policial y exigieron justicia.
En Bruselas, Bélgica, se realizaron manifestaciones en respuesta a llamados difundidos en las redes sociales, lo que resultó en el arresto de 35 personas por parte de la policía de Bruselas-Ixelles.
Estos arrestos administrativos se realizaron como medida preventiva para identificar a los manifestantes y mantener el orden público. Según los informes, hubo un deseo de alterar el orden durante la concentración en una plaza de la capital belga, lo que motivó la intervención de las autoridades.
Mientras tanto, en Lausana, Suiza, un grupo de más de 100 personas se concentraron en el centro de la ciudad en apoyo a las protestas que han sacudido Francia en los últimos días. Durante esta manifestación, se produjeron actos de violencia, como rotura de ventanas y lanzamiento de objetos a la policía.
Como resultado, siete personas, en su mayoría adolescentes, fueron detenidas, entre ellas tres niñas y tres niños de diferentes nacionalidades. Aunque los disturbios en Bélgica y Suiza no alcanzaron la misma intensidad que en Francia, estos hechos demuestran que la indignación y el descontento se extendieron más allá de las fronteras francesas.
La trágica muerte del joven en Francia desató una ola de indignación que derivó en manifestaciones y disturbios en muchos lugares. Las impactantes imágenes de la muerte del joven a manos de la policía, captadas por testigos, generaron una fuerte conmoción y desató el enojo de la población.