El llamado «milagro japonés», que convirtió a un país devastado por la guerra en una potencia tecnológica mundial en solo dos décadas, se puede aplicar a la vida de cualquier persona.
Y se puede resumir en una palabra: ganbatte, que podemos traducir como «haz lo mejor que puedas, nunca te rindas, sigue adelante».
¿Tu poder está fuera o dentro de ti?
Desde pequeños, cuando hacemos un examen o participamos en un evento deportivo, estamos acostumbrados a que nos deseen: «¡Buena suerte!». «.
Lo mismo sucede en la edad adulta antes de una entrevista de trabajo, una reunión importante o incluso una primera cita romántica. En Japón, en estas mismas situaciones, la expresión de aliento sería Ganbatte!
Ambas opciones contienen diferencias muy significativas en nuestra actitud ante la vida.
Apelar a la suerte pone el poder fuera de nosotros. Que lo hagamos bien o no dependerá de factores externos.
Las estrellas tienen que alinearse para que quien nos evalúa esté de buen humor, o para que los rivales en carrera no tengan su mejor día. Un benefactor o golpe de suerte para ponernos en el camino de lo que deseamos.
El ganbatte pone poder en nosotros, como llama a nuestras fuerzas y recursos.
Si lo que nos sucede depende de nuestro esfuerzo, la suerte ya no es un factor.
Pasamos de ser pasivos a proactivos. Tomamos la iniciativa y paramos dependiendo de las circunstancias.
Para un japonés, si ha dado todo lo que tiene, aunque llegue último en una carrera, ya ha triunfado.
El mensaje subyacente de ganbatte es: haz todo lo que puedas lo mejor que puedas, y si las cosas no salen como esperas, está bien. No te sientas mal, porque has hecho todo lo que estaba en tu mano.
Aunque la suerte depende de uno mismo, los japoneses saben que el poder interior no es suficiente para hacer milagros.
Esta actitud debe ir acompañada de perseverancia. Hay mucha gente que, poseída por la ilusión, pone mucho empeño en un proyecto al principio y luego se desinfla como globos.
El mundo está lleno de libros abandonados en el primer capítulo o de gimnasios que se siguen pagando sin que volvamos a empujar.
Como las estrellas de rock, es más difícil llegar que quedarse.
Malcolm Gladwell solía decir que se necesitan 10.000 horas de práctica en algo para lograr el dominio. Aunque no queramos hacer esa inversión de tiempo, los planes son solo si el esfuerzo es todos los días.
La idea subyacente es que si te sientas en una roca el tiempo suficiente, el fondo.
Cualquiera que sea tu mente, incluso si es difícil al principio, si perseveras, eventualmente lo lograrás.
El daruma busca cumplir tus metas
El daruma es un talismán con forma de huevo que representa a un monje rojo sin brazos ni piernas y ojos blancos.
Más que un objeto decorativo, es una herramienta para cumplir objetivos.
Para los japoneses, esta figura votiva representa la determinación y perseverancia que nos lleva a lograr lo que deseamos.
Resiliencia rima con paciencia
Sin embargo, ¿qué sucede cuando nos encontramos con un gran bache en el camino?
Según la tradición japonesa, cuando un deseo o meta no se cumple en un tiempo razonable, se quema el daruma en una ceremonia a fin de año.
Esto no significa renunciar al proyecto, sino que tenemos que retomarlo -o incluso retomarlo- por otros medios.
A veces, es necesario pausar un proyecto y luego redirigirlo.
Los chinos tienen la expresión wu wei para expresar estos momentos en los que lo más conveniente es la no acción.
Resiliencia rima con paciencia, ya que no se trata solo de tener tus propias fuerzas -piernas- y sentarte, día tras día, a calentar la roca. Hay un tercer componente en la ecuación: el tiempo.
Así como no podemos forzar la llegada de la primavera, todo tiene su propio proceso de maduración, incluso las relaciones personales. En este camino muchas veces sentimos que todo se detiene o incluso que retrocedemos. Pero esto no debe desanimarnos.
En palabras de Randy Pausch, autor de The Last Lesson: «Los muros están ahí por una razón. No están ahí para dejarnos fuera, sino para darnos la oportunidad de demostrar cuánto amamos algo.
Los muros están ahí para detener a las personas que no lo quieren lo suficiente. ¡Estoy aquí para detener a otros! »
La perseverancia es la herramienta que allana el camino hacia nuestras metas. Toma nota de estas claves para conseguir tus objetivos.
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