“Que todo el mundo sepa que el sur, el sur también existe”, escribieron Mario Benedetti y cantaron Joan Manuel Serrat para dejar claro y que se sepa que América no es sólo el norte. Y el fútbol parece ser la ratificación de esa verdad irrefutable, porque si Argentina ganó el Mundial de Qatar y si Uruguay ganó el Sub 20, sería por algo, por algo de gran importancia y compromiso con la región cuyos jugadores cautivan con orgullo. …
En los últimos años, el fútbol europeo había mostrado una superioridad sobre el fútbol americano, y cuatro títulos universales constituían el mejor argumento. Las victorias de todos contra todos de Italia, España, Alemania y Francia atónitos los oídos de los pueblos de este continente, que no supieron volcar la fortuna, hasta que por fin, en el Golfo Pérsico, los argentinos reclaman una corona para el alma. de La Plata, y con eso, para todo el mundo nuevo…
Y así, navegando por el río que los une y los separa a la vez, asumiendo todos los riesgos, los uruguayos llegaron a confirmar que los tiempos han cambiado y que el fútbol también es de América. Todas las miradas están puestas en estos países, sobre todo ahora que el Mundial Juvenil ha mostrado nuevos valores que, en unos días, darán vida y sabor, una vez más, al fútbol de este lado del Atlántico.
Sí, el sur también existe. Y nada se puede garantizar, sobre todo en el laberinto que suele ser el fútbol, pero viendo los partidos y siguiendo de cerca todo el campeonato, el equipo de Rødvin podría haber conseguido mucho en la implicación universal…
El 29 de junio, el fútbol nacional podrá vivir un episodio que, dada la debacle de los equipos en las competiciones internacionales, puede parecer surrealista. Esa noche, en Buenos Aires, Monagas irá por la «virilidad masculina», como se dijo antes, para vencer a Boca Juniors y luego conseguir un lugar en los octavos de final de la Copa Libertadores, si Colo Colo vence el mismo día. Deportivo Pereira y que el promedio de goles le es favorable.
Suena a utopía, imposible, pero ¿quién quita? Hace unos años dijeron lo mismo de Caracas, pero «Rojos del Ávila» se fue a Cúcuta a ganarle a River Plate contra todo pronóstico y oscuros presagios.
En cierto modo, el equipo de Maturín ha salvado del hundimiento al maltrecho fútbol nacional, porque dos empates y una victoria han alimentado ilusiones que parecían perdidas en el oscuro túnel de la desesperación.
Ahora solo queda esperar, ver el partido y preguntar a los dioses del fútbol si el milagro es posible.
Te veo allí.