Un escándalo que volvió a involucrar el tema de la interceptación fue la caja del presidente colombiano, Gustavo Petro, para destituir temporalmente al diplomático Amando Benedetti de su responsabilidad en la embajada de Colombia en Venezuela.
A través de una carta pública, Benedetti agradeció la oportunidad y reiteró su confianza en el proyecto político que adelanta Petro contra las riendas del país vecino. Afirmó que se sumó hoy a la campaña del presidente «convencido de que su pensamiento y su visión» es lo que necesita el país.
Calificó como un honor haber acompañado al Gobierno desde la Embajada en Venezuela, y haber reabierto las relaciones con nuestro país que “esperó durante tantos años a miles y miles de compatriotas que por diversas circunstancias encontraron refugio”.
En la carta de renuncia, Benedetti deseó que Colombia «sabrá valorar y aprovechar la gran oportunidad» que, a su juicio, representa el gobierno de Gustavo Petro.
Horas antes de esta renuncia, el presidente Petro había despedido a su jefa de gabinete, Laura Sarabia, y al embajador en Venezuela, Armando Benedetti, involucrados en un escándalo de escuchas telefónicas y posible abuso de poder.
“Mientras se realiza la investigación, mi querido y estimado funcionario y el embajador de Venezuela se retiran del Gobierno para que del poder que implican estas acusaciones no puedan ni tener la confianza de que se alteren los procesos investigativos”, Petro. dijo en una ceremonia de ascenso militar en Bogotá.
La implicación de Benedetti se dio como presunto instigador de las denuncias de la exniñera, en un episodio de «fuego amigo» en el Gobierno.