El nuevo Primer Ministro de Francia, François Bayrou, aseguró este viernes (13/12/2024), durante su toma de posesión, que es consciente de «la montaña de dificultades» a la que se enfrenta, «un Himalaya» que ofrece «más opciones». más por el fracaso que por el éxito».
«Pero, frente a esto, estoy convencido de que hay un camino sin precedentes, marcado por la voluntad de reconciliación», afirmó el veterano político centrista, que citó la lucha contra el déficit público como su prioridad en un momento «máximo». . «gravedad». Bayrou recordó que la reducción de la deuda del Estado fue el tema central de las tres campañas presidenciales que dirigió y envió un mensaje a sus predecesores de haber olvidado ese tema «durante décadas».
«Los déficits y la deuda son problemas que plantean cuestiones morales», afirmó. Pero se mostró indulgente con el presidente Emmanuel Macron, con quien mantiene una alianza desde 2017, quien, según dijo, tuvo que afrontar «una acumulación de crisis». «Tenemos el deber, en un momento grave para el país, para Europa y para el futuro del planeta, de afrontar con los ojos abiertos la situación heredada desde hace varias décadas», afirmó el nuevo jefe del Gobierno, que consideró «un problema moral» Déjalo como herencia a tus hijos.
Insistió en la necesidad de luchar contra la desconexión entre la clase política y el pueblo y prometió dar respuesta a los problemas «de los ciudadanos normales, los que trabajan cada día» con especial mención «del entorno rural» del que es originario. «Nuestro deber es trabajar obsesivamente en favor de quienes no tienen oportunidades», señaló. Lo dio su predecesor, el conservador Michel Barnier, pidiéndole que no olvide los logros de su Gobierno y defienda su legado: «Hemos vuelto a poner al país en marcha después de tres meses de parálisis».
Bayrou prometió responder a la promesa de Macron de 2017 de romper la inmovilidad social por nacimiento o religión. El nuevo primer ministro ha asegurado que tomará como ejemplo a su admirado Enrique IV, el rey que se convirtió al catolicismo en el siglo XVI para poner fin a décadas de guerras religiosas que desangraron a Francia. «Entendió que debemos salir de guerras innecesarias para centrarnos en el futuro del país. Si puedo, intentaré servir a ese ideal, el de la reconciliación, que es el único camino hacia el éxito», concluyó.