Antes de entrar en la exclusiva lista del patrimonio cultural de la humanidad, antes de convertirse en salvador de la comida venezolana en medio de la guerra económica y las medidas unilaterales impuestas por los Estados Unidos de América; Antes de que se convirtiera en el postre favorito del Libertador Simón Bolívar, se les homenajeaba con un «pastel de miel» elaborado con harina de yuca y dátiles caraqueños, un poderoso veneno que utilizaban nuestros antepasados para cazar e incluso suicidarse. el aniquilamiento de naciones enteras que trajo consigo la conquista.
Todavía lo es. La yuca amarga no es lo mismo que la dulce y contiene demasiado ácido cianhídrico, que puede matar a una persona. La pregunta es: ¿cuántos mártires antiguos fueron necesarios para encontrar la fórmula que permitió domesticar la raíz y convertirla en una tortilla comestible y nutritiva?
Benito Irady, a quien se puede llamar «el hombre de la herencia», pues lideró la cruzada que nos permitió conquistar este podio diez veces (y amenaza con cinco más antes del inicio de la próxima década), confirma que la comida está entre nosotros. , fue acariciado por las corrientes del Orinoco hace más de 3000 años y se extendió al resto del continente. Pero antes, dicen otros cronistas, estuvo entre los anhelos del caribeño insular el que aprendió a revelar rápidamente este secreto: la temperatura, porque al cocinarla a una temperatura superior a los 80 grados, la yuca amarga pierde su esencia, los cianuros.
El resto es cocinar y cantar. Primero saca ese juego venenoso haciendo clic, esto destruirá el “yare”; luego tamizar la masa, pasarla por un colador, cocinarla en un comal o budare de barro o hierro, se le da una vuelta y otra, y por último, se pone al sol, para que cuando se seque. tiene textura de galleta, a veces se deshace en el paladar y a veces hay que masticar un poco más fuerte.
Al final sirve de pan, guarnición, harina para los postres, remojada en sopa, alimento de los dioses.
dieta universal
- Sus otros nombres son mañoco, mandi’o, rumu, mandioca, guacamota, mandioca, arr y aipin en diversas regiones del Caribe y América Latina.
- No sólo el producto es patrimonio, sino también su valor como cultura gastronómica: “Conocimientos y prácticas tradicionales de elaboración y consumo de Kasabe”.
- Es fuente de hidratos de carbono y aporta vitaminas C, B, B2, B3, B6, B9, K y B7 y minerales como calcio, hierro, magnesio y potasio.
- Su alto contenido en fibra ayuda a una mejor digestión, controla el peso y los niveles de azúcar en sangre, etc.
- No contiene gluten, por lo que es ideal para personas con alergias graves o celíacos.