Cientos de feligreses de todo el país se reunieron ayer domingo 17 de noviembre, hasta las 23:00 horas, para las tradicionales mañanitas en honor a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, quien celebró 315 años de su primera aparición.
Bajo la lluvia, el rebaño se reunió en la plaza de San Juan de Dios para esperar al santo patrón, quien salió a saludar a sus feligreses entre cánticos y oraciones tocadas con palos.
Las mananitas se cantaron junto a las tradicionales casas de El Saladillo, un trono y una torta de tres niveles decorada con una reliquia sagrada adornando la parte superior.
La hora santa estuvo presidida por el Arzobispo de Maracaibo, Monseñor José Luis Azuaje, y el párroco de la Basílica, Padre Nedvard Andrade. “Que la Madre de Dios nos rodee de su bendición y cumpla nuestros deseos”, dijo Monseñor Azuaje.
El origen de la fiesta mariana
La historia de la Virgen de Chiquinquirá, según la tradición, se remonta al siglo XVIII cuando una lavandera encontró una pequeña tabla flotando en las aguas del lago de Maracaibo. Luego de llevárselo a casa, descubrió que en ese objeto había una imagen de María. Este hecho marcó el inicio de los milagros atribuidos a «La Chinita» y motivó su veneración en toda la región zuliana.
La Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá, ubicada en Maracaibo, es el centro de esta devoción que reúne cada año a miles de peregrinos de todo el país para honrarla y agradecer las bendiciones recibidas.
Este año 2024 se cumplen 315 años de su milagrosa renovación y 82 años de su coronación canónica.
Globovisión
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