El presidente de Argentina, Javier Milei, inició formalmente el proceso de privatización de Aerolíneas Argentinas a través de un decreto que estuvo acompañado de una extensa exposición de motivos.
«La privatización de la empresa y su funcionamiento en condiciones de mercado permitirá una mejor prestación de servicios, el cuidado de las arcas públicas y, principalmente, que los argentinos dejen de financiar el déficit de una empresa ineficiente», dice el decreto publicado Boletín Oficial.
Según el Gobierno, la medida se adoptó «para garantizar el servicio público de transporte aéreo comercial de pasajeros, correo y carga, así como el proceso de crecimiento del turismo nacional e internacional».
Del mismo modo, se asegura que la privatización tiene como objetivo brindar «un servicio de excelencia que proyecte positivamente la imagen del país y permita a los usuarios locales y extranjeros ser recibidos con hospitalidad, compromiso y conciencia gracias al buen servicio que ofrece la línea». debe proporcionar.
También aseguró que, hasta ahora, la política aeronáutica argentina ha limitado el desarrollo de la industria de la aviación comercial, por lo que el Ejecutivo está «desarrollando un amplio programa de transformación» que pretende aprovechar todo su potencial.
En el decreto, el Gobierno de Milei destacó que en determinados momentos de la historia, el Estado impulsó la creación de empresas públicas como Aerolíneas Argentinas con el objetivo de ofrecer bienes y servicios «motivados por razones económicas, políticas y sociales».
Sin embargo, indicó que este proceso ha dejado atrás «la excesiva estructura descentralizada», que incluye más de 60 entidades en las que el Estado tiene participación mayoritaria en el capital o en la formación de decisiones corporativas.
Aerolíneas Argentinas, creada en 1949, fue privatizada en los años 1990, después de casi dos décadas, el Estado argentino tuvo que recuperarse en 2008 debido a la mala gestión de la empresa española Marsans, que la dejó al borde de la quiebra.