Exasperado por tres meses de fuerte protesta social, el Gobierno francés trató hoy de mostrar un espíritu más abierto para apaciguar el creciente descontento por la reforma de las pensiones, que fue promulgada por el presidente, Emmanuel Macron, horas después de la validación constitucional.
«Con humildad, respeto y atención, debemos escuchar los miedos y la ira de nuestros compatriotas», dijo la primera ministra Elisabeth Borne, quien asistió esta tarde a la ceremonia de clausura del consejo nacional del partido presidencial, Renaissance, en París.
Las declaraciones de Borne se producen horas después de que Macron sancionara la ley que aumenta la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años.
Si bien tuvo 15 días para promulgarla tras la validación por parte del Consejo Constitucional, lo hizo casi de inmediato, a las 4 de la tarde, gesto que enfureció a los sindicatos ya la oposición de izquierda.
«Macron quería intimidar a toda Francia robando, de noche, dos años de libertad a todos los empleados. Es un gesto de arrogancia innecesaria. La lucha por la derogación de la ley es ahora una cuestión de dignidad», el jefe de la France Insoumise (LFI), Jean-Luc Mélénchon, dijo en un tweet.
Los dos principales sindicatos, la moderada CFDT y la CGT, rechazaron la invitación de Macron a una reunión el próximo martes y advirtieron que seguirán movilizándose en las calles. Fijaron el 1 de mayo, Día del Trabajo, como la próxima gran fecha para presionar al gobierno.
A pesar del ambiente tenso -las manifestaciones de anoche provocaron al menos un centenar de arrestos en París y destrucción en ciudades como Rennes-, el primer ministro se negó a suspender la ley.
“Esta es una reforma difícil, estoy consciente, sé que requiere esfuerzos de muchos de nuestros compatriotas, pero que también toma en cuenta situaciones particulares. Sin embargo, es fundamental mantener el sistema de pensiones por distribución”, dijo.
Sin embargo, también trató de ser un conciliador, tendiendo la mano a los sindicatos y favoreciendo la «construcción de compromisos» votando individualmente cada proyecto, ya que Renacimiento está lejos de tener la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional.
En otro gesto para rebajar la presión política y social, Borne también ha recordado que Macron hablará el lunes 17 con los franceses sobre la polémica reforma, segunda vez que lo hace tras la entrevista que concedió el pasado 22 de marzo.
La promulgación de la reforma por parte de Macron supone que esta ley entrará en vigor a partir del próximo septiembre, a pesar de que al menos el 70 % de los franceses se opone a ella, según las últimas encuestas.