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Cuando haya más políticos que actúen no como explotadores del poder, sino como servidores del pueblo, la política recuperará su prestigio y prestigio.
Hay quienes se meten en política por las apariencias.. Siéntete importante. Ingresa a las redes sociales. En la prensa, en la radio, en la televisión. Consigue un puesto público. Un coche oficial con conductor y, a ser posible, escolta. Vanidad, como dice el Eclesiastés, todo es vanidad.
Hay quienes se meten en política por esto. deseo de tener. Tener poder, tener dinero, tener influencia.
Por último, está el político que se involucra en política. deseo de servirpara servir a un propósito, a un ideal, al pueblo, a la nación. Estos son los verdaderos políticos, los políticos y aquellos que pueden contribuir a la reputación corrupta de la política.
Desafortunadamente, no creo que esto último sea lo más común. Tampoco creo que sean los mejor entendidos.
En el evangelio del domingo pasado hubo una escena que tiene mucha relación con lo que estamos hablando. Jesús reclama a sus discípulos:-¿De qué hablaron en el camino?-. Y ellos responden: -cuál de nosotros será el más importante-. Y el Maestro les reprende: -Si alguno quiere ser el primero, que sea el último y sirva a todos- (Marcos 9, 33-35).
Esta es una visión de la política como un deber.. Es esta visión la que hizo que el Papa Pío XI dijera: «La política es la forma más elevada de caridad después de la religión». Es una política que nos lleva a la solidaridad y la cercanía con quienes sufren, con los pobres, con los más pequeños.
La política es una llamada al servicio, como apóstol, como testimonio de amor al prójimo. Reunidos en comunidades de todos los tamaños: pueblos, iglesias, municipios, estados, naciones, comunidad internacional, como evidencia de un profundo compromiso con la justicia, la libertad y el respeto a la dignidad de la persona, de cada persona y de todos los pueblos.
Convertirse en un político cristiano Es nada menos y nada más que un compromiso de cooperar en la construcción de la ciudad de Dios sobre la base del establecimiento de un orden social justo en el que prevalezcan la justicia y la libertad.
Desacreditar a la política proviene del mal ejemplo Lo dieron aquellos políticos o partidos que utilizan al pueblo y no entienden que su deber es servir al pueblo y no sacar provecho del pueblo.
Cuando haya más políticos que actúen no como explotadores del poder, sino como servidores del pueblo, la política recuperará su prestigio y prestigio.
En Venezuela Ser un verdadero político hoy es luchar por la democracia, la libertad, el respeto de los derechos humanos y el Estado de derecho, por la calidad de vida de los ciudadanos, por más y mejor educación para nuestros hijos. salud a nuestro pueblo.
Ésta y nada más es la tarea que tenemos por delante.
Continuaremos la conversación.
Eduardo Fernández
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