El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, criticó este viernes al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, por sugerir que él estuvo detrás de la decisión de no invitar al rey Felipe VI a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum, por lo que la habría llamado indirectamente. el «manipulado» presidente electo.
«Con este asunto en España se irrespeta a la presidenta electa -y eso es lo que hace la presidenta de España- porque dice, o sugiere, que la decisión de no invitar al monarca español. […] Era una cuestión política. […]. Insinúa que es una decisión que tomé, como si el presidente de México fuera manipulable. «Es una falta de respeto adicional», afirmó el presidente en su tradicional rueda de prensa matutina.
También destacó que «esta decisión fue del presidente electo» y que se limitó a apoyarla, al tiempo que acusó al líder español de expresar opiniones sobre la realidad mexicana basadas en el desconocimiento y como nación subordinada.
«Cometen muchos errores. Esperamos que antes de opinar piensen que en México se da una transformación, una revolución pacífica, como la Independencia, como la Reforma, como la Revolución de 1910; pacífica pero tan profunda como esas tres». transformaciones históricas, porque se erradiquen la corrupción y las injusticias, los privilegios, el clasismo y el racismo. […]que entiendan que este es un país independiente, libre, soberano, que no es colonia ni tierra de conquista de nadie», concluyó.
España envía una nota de protesta por no invitar al rey
El Gobierno de España levantó una protesta formal contra México por excluir al monarca Felipe VI de los actos de toma de posesión de la presidenta electa del país latinoamericano, Claudia Sheinbaum.
Según la prensa española, el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, intentó mediar para que México incluyera al rey en el traspaso de mando, sin tener una respuesta positiva. Tras esto, el Ministerio de Asuntos Exteriores decidió enviar una nota verbal de protesta el pasado martes.
La víspera, Sheinbaum explicó que su decisión tuvo que ver con el silencio que España guardó ante la solicitud enviada por la administración de Andrés Manuel López Obrador respecto de la reparación histórica por la Conquista.
«Confío en que esta circunstancia, que hoy pone de relieve nuestra diversidad de opiniones, sea también un punto de partida para que México y España encuentren rápidamente nuevos caminos de entendimiento basados en nuestras soberanías y el respeto mutuo, en beneficio de nuestras naciones y nuestros pueblos. ”, dice la carta publicada por el presidente electo respecto a la polémica.
Aunque fue invitado, Sánchez decidió no viajar a México y España no envió ninguna representación oficial. Sin embargo, socios y aliados del Gobierno -como EH Bildu y Sumar- han anunciado que estarán presentes en el acto de traspaso. Gerardo Pisarello, titular de Sumar y primer secretario del Consejo del Congreso, dijo que asistirá a la toma de posesión de Sheinbaum, al tiempo que expresó su respeto por la postura de México. «Es lógico que un rey que no tiene respeto no sea respetado, es lógico que un rey que ha despreciado sea despreciado», afirmó.