Ayer, en el segundo nivel de la Galería Nacional de Arte sobre Avenida México, fue escenario de un action paint (intervención pictórica) de Rodrigo Benavides, Premio Nacional de Fotografía, artista e investigador, quien recreó la intensidad y significado geopolítico de la Batalla de Ayacucho. El 9 de diciembre de 1824, la fortaleza de las fuerzas comandadas por el mariscal Antonio José de Sucre del Perú selló la independencia hispanoamericana en América del Sur.
Este fue el escenario que sirvió para celebrar el 50 aniversario de la biblioteca de Ayacucho, que apenas ayer cumplió 50 años de funcionamiento de la titánica redacción.
Más temprano, Benavidez y Jesús Peña, del Centro Nacional de Investigaciones Históricas, describieron algunos de los detalles de los hechos que precedieron a uno de los capítulos más heroicos de la independencia, que este año cumple su bicentenario, en escenarios tan remotos y complejos como los Andes. Cordillera y pampa peruana.
Benavides dijo que este día forma parte de varias celebraciones, entre ellas el centenario de la cultora María Rodríguez, pero en primer lugar se refiere al proyecto expositivo Orinoco – Junín – Ayacucho. Our American Crossroads and Metaphors.1824-2024 se llevará a cabo a finales de este año en GAN y como parte del bicentenario de la batalla.
“Es una instalación fotográfica con algunas imágenes en formato monumental que promueve una atmósfera inmersiva y permite al público seguir el camino desde el Orinoco hasta el Perú. Son metáforas visuales de diálogo en diálogo que nos ayudan a comprender los desafíos geográficos que tenemos que superar para llegar allí.
Nacido en Caracas en 1960, Rodrigo Benavides es hijo del artista Pablo Benavides. Ayer, durante una intervención de pintura, admitió que no había cogido un pincel en 30 años. Su acercamiento al ciclo bicentenario comenzó cuando fue invitado a ser fotógrafo de una exposición dedicada a la llegada de Francisco de Miranda a tierras de Venezuela, oportunidad que le ayudó a conocer los diferentes lugares donde estuvo el prócer.
Desde entonces, dice, se ha centrado en cómo reflejar la historia a través de la fotografía.