Este domingo, el Ministerio de Asuntos Exteriores palestino denunció la invasión, por parte de fuerzas policiales israelíes, de la mezquita sagrada de Al Aqsa, ubicada en Jerusalén.
“El Estado de Palestina condena en los términos más enérgicos las continuas provocaciones y agresiones de Israel contra los fieles y la santidad de los Santos Lugares de Jerusalén, especialmente en torno a Al-Haram Al-Sharif”, expresa el relato de la entidad ministerial. en la red social Twitter.
En el texto, el Gobierno denuncia, además, que continúan las incursiones de las fuerzas israelíes en las zonas palestinas.
“Condenamos en los términos más enérgicos las continuas incursiones de provocación en la Mezquita de Al-Aqsa y sus patios por parte de colonos extremistas, y los continuos llamamientos para incitar a intensificar la movilización de los infractores y la santidad del mes sagrado del Ramadán”. dijeron las autoridades en un comunicado, citado por Telesur.
Palestina reitera llamado a condenar agresión israelí
Por otro lado, el comunicado indica que el gobierno israelí, “que precedió al mes sagrado con una campaña de incitación contra el pueblo palestino bajo el pretexto de (advertir una escalada de violencia) durante el mes de Ramadán, revela una vez más sus planes utilizar estas campañas de incitación para intensificar su agresión contra nuestro pueblo».
Por estos hechos, el Gobierno de Palestina considera responsable a Israel y afirma que con esta operación se incrementa la escalada del conflicto entre ambas naciones.
Ante esta situación, Palestina reiteró su llamado a la comunidad internacional a tomar posición frente a las agresiones perpetradas por Israel.
El llamado es especialmente a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que debe tener “la obligación legal y moral” de garantizar los derechos fundamentales de los civiles en Palestina.
“La ONU y la comunidad internacional deben poner fin al abuso sistémico de los derechos fundamentales de los civiles palestinos. Tienen la obligación legal y moral de poner fin a una cultura endémica de impunidad que ha permitido que estos crímenes se perpetúen y aumenten durante décadas.