Médicos, universidades, sindicatos y otros sectores israelíes se sumaron este lunes a la huelga contra la reforma judicial impulsada por el Gobierno de extrema derecha, que ha provocado una profunda división en el país.
Esto después de que la noche del domingo estallasen numerosas manifestaciones poco después de conocerse la decisión del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de destituir al ministro de Defensa, Yoav Gallant, por sus críticas al plan.
La tensión va en aumento en las últimas horas tras los numerosos anuncios de manifestaciones y llamados a frenar la iniciativa, en medio de un clima de tensión política y social, informa un despacho de Prensa Latina.
«Traté de evitar esto, pero ya no puedo quedarme quieto», dijo Arnon Bar-David, líder de Histadrut, la principal federación sindical del país, en una conferencia de prensa, llamando a una huelga general de todos los sindicatos.
Este es el momento de que digamos que es suficiente, es imposible polarizar más a esta nación, denunció Bar-David, en referencia a las acciones del primer ministro Benjamin Netanyahu.
Varios sectores del país iniciaron la semana de la Parálisis este domingo como parte de las protestas, pero la destitución de Gallant echó leña al fuego.
Sindicatos rechazan reforma judicial
El Colegio Médico ha anunciado que se unirá a la protesta nacional en medio de informes de que una gran cantidad de médicos no acudieron a sus puestos el lunes.
La institución explicó que se creará un Comité de Excepción para activar tratamientos y servicios esenciales de salud.
Además, desde este lunes y por tiempo indefinido, las universidades de investigación del país suspenden las clases para denunciar “la continuación del proceso legislativo que socava los cimientos de la democracia israelí”.
En tanto, el presidente del Comité de la Autoridad Aeroportuaria de Israel, Pinhas Idan, advirtió que a partir de hoy los trabajadores mantendrán cerrado hasta nuevo aviso el Aeropuerto Internacional Ben Gurion, el más importante del país.
Anoche vimos escenas muy difíciles, es hora de detener el proyecto de reforma, expresó en un dramático discurso el presidente de Israel Isaac Herzog.
“Llamamos al primer ministro, miembros del Gobierno y miembros de la coalición en el poder (…) Nuestra seguridad, economía, sociedad, están todas amenazadas”, dijo.
Necesitamos un cambio en el sistema legal, pero debe hacerse a través de la negociación, debemos liderar un proceso participativo y unificador, dijo Gallant el sábado en un discurso al país en medio del creciente descontento de las Fuerzas de Defensa (FDI) contra esa propuesta.
La brecha en la nación ha calado profundamente en las FDI, esto es una clara y gran amenaza para la seguridad nacional, no lo permitiré, subrayó también el legislador del partido Likud, encabezado por Netanyahu.
Tras sus palabras, la derecha pidió su destitución mientras la oposición y amplios sectores del país alababan su postura.
El futuro de la reforma está fracturando la coalición ultraderechista
El futuro de la polémica reforma judicial amenaza con romper la coalición de extrema derecha que gobierna Israel desde finales del año pasado, informa Prensa Latina.
Ante una ola de protestas nacionales y llamados a una huelga general indefinida de muchos sectores, incluidos sindicatos, médicos y maestros, el primer ministro Benjamin Netanyahu consideró congelar el proyecto, una decisión que provocó el enojo de sus aliados más radicales, Channel. 12 reportados..
Según la fuente, esta mañana los líderes de la alianza debatieron el tema durante una reunión tensa y a gritos.
Destacó que los ministros de Justicia, Yariv Levin; de Finanzas, Bezalel Smotrich, y de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, pidieron a Netanyahu continuar con el cronograma a pesar de que la mayoría de la sociedad rechaza categóricamente la iniciativa.
Por su parte, la formación ultranacionalista Sionismo Religioso, liderada por Smotrich, llamó en un comunicado a seguir adelante con el proyecto.
Tanto esa formación como el poder judío de Ben Gvir son claves para mantener la mayoría parlamentaria de la coalición.
Varios líderes regionales del Likud, el partido de Netanyahu y el mayor del país, se han sumado a la presión para no abandonar la reforma, que limitaría la capacidad del Tribunal Supremo para rechazar leyes, permitiendo al Parlamento volver a legislar las normas impugnadas por ese organismo.
El plan, además, permite al Ejecutivo ultraderechista controlar el nombramiento de magistrados.