Había sido una época buena y bendecida ya que teníamos motivos para escribir notas felices relacionadas con el fútbol venezolano. Porque más allá de la dimensión distinta y distinta que suele tener la Vinotinto, el manejo de los partidos y sus resultados había sido desesperanzador. Las derrotas, a menudo vergonzosas, han marcado el territorio por el que han pasado los equipos del país.
Este año han sido Táchira y Caracas en la Copa Libertadores, Metropolitanos y Rayo Zuliano en la Suramericana quienes han cargado con el estigma del descenso irremediable. Pero he aquí que en algún momento tuvimos que escribir un «pero», la semana pasada se encendió una vela de esperanza, buenos augurios para las selecciones derrotadas…
Todo empezó con Caracas contra Rosario Central. Poco hacía presagiar una actuación relevante ante el espigado rival, sobre todo después de los resultados desfavorables de las últimas fechas. Sin embargo, el equipo de la gran ciudad pareció darse cuenta de sus valores, preparó sus rifles para el partido contra los argentinos en el Estadio Olímpico y, después de jugar bien, logró un 1-1 cuanto menos digno. , ante un rival que lo superó en formas y técnicas, pero no pudo romper la presión de «Los Rojos del Ávila» en su mejor versión.
Y entonces apareció Táchira contra Nacional de Uruguay en el clima hostil de Montevideo. Los andinos salieron al campo motivados y creyendo en su fútbol, y aunque cayeron derrotados por un marcador que nunca se amplió, 2-1, coincidió con la teoría futbolística de Walter «Cata» Roque: «El fútbol venezolano sigue fallando. debido a las distracciones. Si pueden superar esto, serán más competitivos”. Sí, amigos: dos despistes atrás y dos penaltis que no hicieron justicia a la correcta actuación del equipo de Gocho…
Unos días después, en el Estadio Olímpico, fue Metropolitanos quien completó la buena racha, por así decirlo, de los equipos de aquí. Derrotado 2 a 0 por Lanús en la Copa Suramericana y por las mismas razones que los tachirenses ante Nacional, no lograron llenar los huecos en su última línea para que los delanteros argentinos se colaran para ganar.
Si echamos un vistazo al desarrollo de los tres partidos y tratamos de ser objetivos, dejando de lado el carácter venezolano, tenemos que decir que los tres, Caracas, Táchira y Metropolitanos difunden entre la afición nacional un perfume de optimismo, de creer que De vez en cuando el fútbol venezolano puede ser mejor de lo que la gente piensa. Lástima que sólo sea de vez en cuando. Te veo allí.