– Infórmate Venezuela –
durante 25 años de poder del régimen, fuimos testigos del robo más grande que ha vivido Venezuela en toda la historia de la república. Desafortunadamente, este vicio se ha normalizado tanto en las instituciones estatales que no nos sorprende que los altos funcionarios del régimen expongan algunos trucos nuevos. Hicieron de la apropiación la norma.
De acuerdo a ONG Transparencia VenezuelaSólo en el atraso, destacan varios proyectos de infraestructura críticos, con más de 200 proyectos por un valor estimado de 316 mil millones de dólares. Esta elevada cifra sería suficiente para reconstruir Venezuela, evitar que los hospitales se queden sin equipamiento, garantizar salarios dignos a los trabajadores, cubrir las necesidades de los jubilados, equipar completamente las escuelas y solucionar la crisis de los servicios básicos. Sin embargo, todo este dinero acabó en los bolsillos del régimen y de sus allegados.
La mayoría de las infraestructuras fallidas están relacionadas con carreteras, transporte, salud, vivienda, educación y alimentación. En lugar de hospitales y escuelas, nos dejaron obras inacabadas y baldías que parecen escenas de películas postapocalípticas. Y son tan repugnantes Prometen nuevas obras cada año.
Además de corrupción En materia pública, Transparencia Venezuela registró 127 casos de presunta corrupción o mal manejo de recursos públicos en PDVSA o alguna de sus filiales. Estas violaciones costaron más de 42.000 millones de dólares en activos gubernamentales. La destrucción de PDVSA por la corrupción es un claro ejemplo de cómo el régimen saqueó una de las principales fuentes de ingresos del país.
Para empeorar las cosas, el régimen culpa a otros por la crisis que provocaron. Culparon a las iguanas de los cables, de la guerra económica y hasta a los propios venezolanos, víctimas del autoritarismo. En lugar de asumir responsabilidades, buscan culpas por sus propios fracasos. Esta es la razón por la que terminamos en un país donde el 80% de la población está en la pobreza y dejamos cerca de 8 millones de inmigrantes. Cada niño hambriento, cada abuelo que no puede pagar las medicinas es culpa del sistema.
Ellos recientemente un Ley de protección de pensiones en el que las empresas que operan en el país deben pagar un «impuesto especial» de hasta el 15 por ciento de los salarios y bonificaciones que otorgan a sus empleados. Esta ley no es una solución a los problemas de los pensionados y de los venezolanos. De hecho, esto significa nuevos ingresos que pueden ser víctimas de la corrupción del régimen. Además, la carga financiera aumentará con este «impuesto» afectando los precios de los productos que pagan los consumidores y la capacidad de las empresas para aumentar los salarios o contratar nuevos empleados, lo que reducirá aún más la economía nacional y el consumo energético de millones de venezolanos.
Venezuela lo necesita cambios políticos urgentes, donde se garantiza que las instituciones serán transparentes y trabajarán por el bienestar de los venezolanos. Sólo será posible establecer un país próspero y justo cuando se establezca un Estado que sirva incondicionalmente a su pueblo y elimine la corrupción. La lucha por un futuro mejor depende de la capacidad de exigir e instalar un gobierno coherente y responsable comprometido con la reconstrucción de Venezuela. El 28 de julio trabajaremos todos juntos para realizar los cambios que queremos.
Stalin González
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