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«El deseo de dominar a toda costa es una manía desafortunada»
Simon Bolivar (Carta a Santander, 15.04.1823)
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El próximo lunes 24 de junio se cumple el 203 aniversario del evento Batalla de Karabobo. En Venezuela se celebra el Día del Ejército, el cual tiene un hermoso e intransigente significado para nuestra institución. A principios de los años 90 del siglo pasado su lema era “Regreso a Carabobo”. En la victoria decisiva de 1821, que no fue la de 1814, Bolívar llanero Páez, como El Libertador, comandaba la Plaza de Caracas y Aragueno Cedeño, quien había muerto en los combates.
Si algún venezolano se puede decir que ganó la categoría símbolo de la patria Es de Simón Bolívar, por lo que es muy doloroso y patrióticamente caro, y en los últimos años el uso partidista de su nombre ha afectado su valor de unidad nacional, tradicionalmente igual al himno, la bandera o el escudo. Durante la larga carrera de Bolívar, veintinueve años de su vida, desde los acontecimientos de 1810 hasta su última proclamación en 1830, pensó, escribió, habló y actuó en propaganda, diplomacia, política y guerra en diversas condiciones y cambios. ambientes. Lógicamente, tiene sentido que tuviera razón y que no, porque ser grande no significa ser infalible. Y más allá de los hechos, los años no son en vano. No es lo mismo el impetuoso joven de veintiocho años que presionó al Congreso de la Sociedad Patriota en 1811, que el guerrero victorioso que ocho años después desempeñó el papel de estadista en Angostura, o el enfermo solitario que siente salvajemente su trabajo en la cama. . De Santa Marta. Así, encontramos citas de bolívar para casi todos los gustos, sin necesariamente verlas en contexto y perspectiva.
A Karabobo, por sí solo, debe apreciarse en su contexto. En política internacional, se derrumbó el Trienio Liberal Español (1820-23), sucesor del sexenio absolutista y presagio ya de la infame década de Fernando VII. Las gestiones de López Méndez en Londres desde 1817, con el fin de las Guerras Napoleónicas y la independencia de los Estados Unidos de América, le permitieron reclutar miles de voluntarios que participaron en la campaña liberadora de la Nueva Granada y de nuestro territorio. Aquí, en Santa Ana, en noviembre de 1820, el encuentro de Bolívar y Morillo y los tratados firmados por Gil Fortoul en su obra. Historia constitucional, más trascendente que «La deslumbrante victoria de Karabobo». A la victoria carabobeña le siguieron éxitos bélicos y políticos de influencia continental, como la Campaña del Sur, Bombona en abril de 1822 y la entrevista con San Martín en Guayaquil en julio del mismo año, la entrada de Lima en 1823 y la creación de bolivia. .
Como soldado y político, como estadista a favor del sentido de la frontera, porque no todo es real, Libertador Dejó algunas ideas interesantes que haríamos bien en olvidar. Muy temprano, en 1814, escribió al pueblo de Cundinamarca: «Aunque la guerra es la suma de todos los males, la tiranía es la suma de todas las guerras». Y diez años después al general Wilson: «Me considero más un soldado de la ley que un conquistador del universo», o el mismo año al general Santander: «Acostumbrado a mandar como soldado, nunca podré ocupar la población civil.” Le escribió a aquel héroe cucuteño en 1825: “Un militar debe dedicarse casi exclusivamente al servicio de sus armas”. Volvamos a 1814, sin embargo “Un soldado feliz no tiene derecho a mandar a su país. Él no es el árbitro de las leyes ni del gobierno; es el defensor de su propia libertad.»
Eterno defensor de la soberanía popular como «única autoridad legítima de las naciones», escribió Santander en octubre de 1823: «En ética, como en política, hay reglas que no se pueden romper, porque romperlas suele costar dinero».
Ramón Guillermo Aveledo
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