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Influenciado por los paradigmas tradicionales sobre Santidad se coloca a hombres y mujeres de gran virtud en la arena de hombres y mujeres de cabello rizado, célibes y voluntad de pobreza, mostrando que es una renuncia, olvidándose de las enseñanzas de Jesucristo, quien con radiante sabiduría nos legó el conocimiento. Es un mundo de ambiciones y deseos materiales que conducen al vacío, donde el alma domina las emociones y deseos del cuerpo. El pecado y la culpa son estados de ánimo en los que el alma se centra en las temporalidades y se conduce por laberintos donde sólo hay sombras, en la ceguera que describe perfectamente Platón cuando nos habla de la incapacidad del hombre para conocer las cosas reales. valores de existencia. Es un problema que resuelven los místicos orientales, porque para ellos conocimiento no es razonar, sino fusionarse con la energía cósmica, un estado de gracia que los cristianos alcanzan a través de la oración sincera, donde el lenguaje es simplemente una extensión del alma. Por lo tanto, si tomáramos una imagen Kirlian de un monje hindú cantando un mantra y una monja católica rezando el trisagion, ciertamente veríamos el mismo espectro de luz, ya que ambos logran el mismo objetivo de entrar en el amor compartido que el alma crea. .
Dedícate a Dios y el resto os será dado por añadidura. Sobre esta premisa sencilla y sin complicaciones teológicas se ha escrito un libro que ha resistido la prueba del tiempo y que hoy es uno de los libros más leídos del planeta, me refiero a La imitación de Cristo, cuyo autor es Tomás de Campis. usando monjes. Es verdaderamente notable que un libro sobre la vida monástica en la Edad Media haya tenido tanto éxito y cuente con millones de lectores en cientos de idiomas y países.
Y el secreto de tan feliz realidad es que las guerras, el terrorismo, e incluso el espectáculo mismo, con el desbordamiento emocional que envuelve el escenario de la vida, envolviéndonos como una segunda piel, sentimiento místico de manera básica pero persistente, circula por los caminos íntimos de la espiritualidad de muchas personas en todo el mundo.
En momentos como este, cuando nuestro país está experimentando un profundo declive espiritual, debemos recurrir a la restauración de nuestra propiedad. Valores religiososfortalecernos en piedad y tolerancia para superar la ira, el odio, el sufrimiento y otros enemigos de la bondad y la comunicación.
Jorge Euclides Ramírez
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