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En Venezuela es imprescindible la transición política, por cuanto el pacto social deliberadamente ha sido roto por quienes ocupan el Ejecutivo Nacional. sostiene el profesor Pedro Pablo Alcántara, exparlamentario y analista político, quien indica que el proceso involucra a toda la sociedad venezolana porque hay que implantar un nuevo modelo de gestión, cuyas cuentas sean del conocimiento diario de los ciudadanos y comprobables oportunamente, y no cuando ya se hayan cometido hechos graves en la administración pública.
La transparencia en todo debe ser una exigencia inagotable de todos los ciudadanos, quienes igualmente deben estar pendientes de la actividad de cada funcionario, porque hay que acabar con la corrupción, la cual se ha impuesto en la administración pública como práctica impune del gobierno durante un cuarto de siglo.
Violación de todos los derechos
Al hacer referencia al pacto social, explica que ese es el acuerdo que produjo la voluntad mayoritaria de los venezolanos cuando en referendo la Constitución fue aprobada en diciembre de 1.999.
Pero, lamentablemente, lo que recoge la Constitución en cuanto a los derechos civiles, de las personas sobre la petición y respuesta oportuna, de los salarios suficientes para los trabajadores, la atención a seres con vulnerabilidad, los ingresos adecuados para pensionados y jubilados y. en general los derechos de los ciudadanos sin excepción, todo eso fue irrespetado por Hugo Chávez y continuado por Nicolás Maduro con un hecho gravísimo adicional: Con el primero hubo un descomunal ingreso de recursos económicos como resultado del incremento cíclico de los precios del petróleo y con el segundo, la situación ha sido a la inversa.
Merma petrolera y contribuciones graciosas
Con toda la industria petrolera deteriorada y la corrupción que arropó su administración, bajó el ingreso del país por concepto de negocios petroleros. La producción de crudo cayó de 3 millones de barriles diarios a lo se sabe hoy, que se está produciendo aproximadamente, 800 mil barriles diarios, algo así como menos del 23 por ciento de lo que se producía antes. O sea, ni siquiera la cuarta parte.
A esa cifra hay que descontar un porcentaje importante como consecuencia de la enorme deuda contraída con China y a las contribuciones graciosas que se le otorgan a Cuba, las cuales no tienen pago para Venezuela y, en consecuencia, el ingreso nacional ha sido reducido a su más mínima expresión.
No ha bastado con la desesperada carrera por encontrar otras riquezas que tiene en su entrañas el territorio venezolano, tales como oro, diamantes, coltán y otros metales raros para poder hacer un equilibrio de cuentas.
La falta de pago del gobierno de Venezuela a los organismos internacionales con los cuales obtuvo financiamiento, están haciendo la situación económica insostenible.
Ante este cuadro expuesto someramente, los venezolanos nos encontramos en la necesidad imperiosa de reavivar la economía y para lograr este objetivo, hay que generar confianza a los inversores extranjeros.
Consecuencias de expropiaciones
Se requiere crear condiciones de respeto a la inversión y no mantenernos en la situación que estamos viviendo hoy con el desguazamiento de los recursos de Citgo, los cuales se encuentran a merced de las empresas transnacionales que fueron expropiadas y a otras que les desconocieron contratos, entre las cuales figuran Crystallex International, ConocoPhillips, Siemens Energy, Red tree Investments y otras trece firmas más, cuyos dueños esperan las decisiones que tome el juez Leonard Stark, de Delaware, en los Estados Unidos.
La diáspora más grande del mundo
Los aspectos que tienen que ver con lo social, lo económico, la violación masiva de los Derechos Humanos, los problemas que se
han derivado de la violencia, de la inseguridad. del uso desmedido de la fuerza y del colapso de los servicios, han generado la diáspora más grande de la historia de la humanidad: 8 millones de personas están fuera del país, que si hacemos comparaciones está por encima de la población de El Salvador, a la de Libia o la de Hong Kong y casi duplica a la Panamá. ¡Válgame Dios!
Los estudios que se han hecho acerca de las intenciones de permanecer en Venezuela si el orden de cosas continúan como está, estiman que para el año que viene habría una diáspora adicional de un millón 800 mil personas más, con lo cual se generaría una presión insostenible para los países vecinos, en especial Colombia y Brasil, así como, Ecuador, Perú, Chile, Argentina, México y Estados Unidos.
Cuando una sociedad se encuentra a punto de colapsar y todos los indicadores nacionales e internacionales coinciden en que nos encontramos en el ranking mundial de sostenibilidad como nación en los puntos más bajos, solamente superados en el caso del continente americano por Haití y Cuba, ha llegado el momento de invocar los poderes creadores de la Constitución, para recomponer el pacto social.
Deuda y población vulnerable
Entre las medidas a tomar, lo más pronto posible, son reavivar la economía, reconocer el estado social de derecho y beneficios, al mismo tiempo es indispensable, porque el gobierno de Maduro no recibe crédito de nadie en el mundo, renegociar la deuda externa y la deuda interna, trabajar en el alivio y conclusión de las sanciones mediante un conjunto de reformas y compromisos jurídicos, que el país tiene que poner en marcha para poder recuperar la confianza de los inversionistas.
Eso es lo que permitirá el ingreso de recursos para atender al 53 por ciento de la población que se encuentra en el nivel de vulnerabilidad (niños y ancianos desnutridos, jubilados y pensionados, indígenas, personas en riesgo de perder empleos, seres que no reciben asistencia médica debido al colapso de la salud, y la imposibilidad económica para adquirir los medicamentos, entre otros casos)
como consecuencia de la crisis económica.
Y si eso fuera poco, el país es afectado por los servicios fundamentales, ya que en el momento el 92 por ciento de la gente tiene que estar trasnochando para acumular agua en pipotes y baldes porque el servicio es totalmente deficiente y, porcentualmente, al 55 por ciento de los habitantes le suspenden la energía eléctrica todos los días, según estudios hechos por instituciones universitarias.
Al mismo tiempo tenemos que resaltar como un hecho sumamente negativo y, por ende, grave, que la educación pública ha caído a niveles que nunca se estimaron en el siglo 20, en el sentido de que colapsara desde el nivel inicial hasta el superior universitario.
Nuevo modelo de gestión
El país requiere urgentemente hacer desaparecer el centralismo y estructurar un nuevo modelo de gestión en el país con la ciudadanía o lo que es lo mismo con las organizaciones, empresarios, trabajadores, bajo un esquema de descentralización y desconcentración en el cual los estados y municipios asuman de manera progresiva, programada y sistemática, competencias para que puedan asumir administraciones transferidas. Y lo más importante de este proceso es el de garantías de rendición de cuentas en forma constante durante todo el año y hechas del conocimiento público diariamente de cómo se utilizan los recursos y los cuales puedan ser verificables por los propios ciudadanos, quienes tendrán derecho a formular observaciones y exigir correcciones oportunamente. De esta forma será fácil detectar a los delincuentes que ingresan a la administración pública para cometer todo tipo de acciones irregulares, malversaciòn de fondos y hechos de corrupción como los que se han presentado en un cuarto de siglo en Venezuela, que en ningún otro país se han presentado con la magnitud que han tenido, pero que los altos personeros que deberían conocerlos no lo saben o los han dejado pasar por complicidad partidista o de amistad entrañable y han llegado al extremo de defender la corrupción multimillonaria por ser. increíblemente, consecuencia de las sanciones económicas.
No se concibe que en este momento y, prácticamente, de hace un cuarto de siglo, la Contraloría General de la República sea un organismo inútil.
No se concibe que el llamado poder Moral y Ciudadano no actúa.
No se concibe que la Fiscalía General de la República sea un apéndice para la persecución política de adversarios externos al gobierno y de internos al gobierno, y tolerantes hasta el máximo hasta la orden recibida del Ejecutivo para dar a conocer escándalos como la del ex vicepresidente de la República y ministro de Petróleo, Tareck El Aissami y la última pandilla que desfalcó los dineros de Pdvsa, empresa cuyos presidentes han tenido graves señalamientos de haberse apoderado de multimillonarias cantidades de dólares por falta de controles.
Sólo la reconsideración y transformación de este modelo caduco, desfasado y absolutamente contrario al interés nacional puede hacer que Venezuela recupere su competitividad como país.
Por las buenas o por las malas
Si nosotros no logramos que se consolide un mecanismo que permita, por ejemplo, resolver un nudo que significa que Maduro convocó las elecciones para el 28 de julio bajo la tesis de que él las va a ganar por las buenas o por las malas; pero, ninguna encuesta nacional o internacional al hacer sus consultas arroja que algunas personas respaldan semejante aberraciòn. Por el contrario, todas los sondeos de opinión indican la abismal diferencia entre el candidato de los factores democráticos de Venezuela, Edmundo González Urrutia, frente a Maduro.
De manera que no es posible convencer a la comunidad internacional que, incluidos los propios aliados de maduro como Luiz ignácio Lula da Silva, Gustavo Pëtro, Pepe Mujica y Gariel Boric, que han simpatizado con el jefe del Ejecutivo venezolano, no auguran la posibilidad de que en Venezuela se pueda producir una victoria del oficialismo.
Si faltaba algo, Enrique Márquez, ex rector el CNE y candidato presidencial, ha dado unas declaraciones le dice por la calle del medio a Maduro que está derrotado t que debe acostumbrarse a que en una democracia se gana y se pierde.
118 sujetos con la soga al cuello
Como tenemos un conjunto de elementos que están alrededor de una transición pacífica de poder entre quienes están ahora detentando el gobierno y van a ser derrotados el 28 de julio, y los demócratas que asumirán la direccionalidad del país, entonces, hay imperiosa necesidad de abrir una negociación.
Y la experiencia que he tenido en Barquisimeto y en otras partes acerca de la conferencia que he venido dictando sobre la transición, muy particularmente por las opiniones que recogimos de lo que los asistentes (líderes sociales y del sector femenino, educadores, jubilados y pensionados, sindicalistas, planificadores, economista, entre otros) han dicho que en el ámbito donde ellos residen existen personas que simpatizan con el régimen chavista-madurista y lo que perciben de éstos es un silencio muy sonoro. Y cuando con algunos de ellos se establece una conversación, lo primero que preguntan es: ¿Qué va a pasar con nosotros cuando pierda el gobierno?
La respuesta que he dado es simple, justa y sencilla: sólo hay en este momento bajo investigación y con causas a punto de conclusión, 118 funcionarios con altas responsabilidades en cargos públicos. no hay ningún venezolano de ninguna comunidad de clase media o de los sectores populares que aparezca vinculado con violación de Derechos humanos, ni con uso de la fuerza, maltrato, tortura, desaparición forzada o asesinato. Quienes están en la lista son las cabezas de las líneas de mando. De manera que quienes tienen identidad, empatía o vínculos con los que han administrado en términos tan desastrosos en los últimos 25 años, no tienen nada que temer.
La solución tiene que ser entre los venezolanos y recordar que por no haber transición con la dictadura de los hermanos Monagas, ocurrió la guerra federal cuyas consecuencias con un balance de 175 mil muertos en país que en aquel entonces tenía una población de un millón y medio de habitantes.
Por eso cuando hablamos del regreso a garantías de derecho de estado social y justicia, es porque también aqui se hablará de justicia
transicional, a los efectos de crear las condiciones para que se pùeda llevar a cabo en Venezuela unas relaciones entre los diversos sectores que conforman este país, teniendo como norte el reavivamiento de la economía, la recuperación del empleo, el regreso de la diáspora. El hecho de que los venezolanos podamos ser mejores remunerados para poder atender las necesidades fundamentales de alimentación y salud en un momento en que Venezuela ha llegado a ocupar el último lugar en la escala de remuneración de regulación por salario mínimo con el equivalente de 3,56 dólares mensuales.
Participación general
Hay que abordar la transición a través de un mecanismo de participación general, no solamente de los sectores organizados que la sociedad tiene, sino también incluir hasta la posibilidad de una consulta por la vía de un referendo aprobatorio, porque necesitamos como prioridad la reconciliación, recuperar la armonía social, la rendición de cuentas, transferir competencias a estados y municipios para que el país inicie una nueva etapa de crecimiento equilibrado y justo.
La transición es necesaria para evitar el colapso, la dictadura y la violencia, dijo en forma concluyente el profesor Alcántara. A tal efecto recordemos a Abraham Lincon, quien en 1.861, quien dijo: La unanimidad es imposible. El mandato de una minoría como un arreglo permanente es totalmente inadmisible. Sii rechazamos el principio de la mayoría, la anarquía o el despotismo de alguna manera es lo que queda.
Con la necesidad de traducir para los venezolanos una opción que de oportunidad a los que estamos aquí y a los que se encuentran en la diáspora, María Corina Machado ha pronunciado una palabra clara: la transición es imprescindible. Debemos hablar todos. Debemos hablar con quienes representan el chavismo, que ya están hablando.
El candidato presidencial, doctor Edmundo González Urrutia, ha dicho que la transición es el momento político para construir la paz en Venezuela.
Esas palabras se refuerzan porque a lo interno de grupos que han apoyado a Chávez y Maduro, como por ejemplo el movimiento Clase Media en Positivo, ha expresado: Se está desmoronando el país.
Manuel Rosales ha manifestado: El chavismo necesita garantías pra dejar el poder. Y ha completado su expresión diciendo que la palabra cambio está en puerta y que nuestra sociedad está lista para hacerlo antes o después del 28 de julio.
La transición es una tarea de la sociedad en general y, en consecuencia, deben participar todas las organizaciones estructuradas del país, para que efectivamente se pueda producir un consenso en cuanto a las medidas que se adoptaran y permitir que Venezuela pueda, como ha dicho el padre Ugalde, reavivar la economìa y garantizar la recuperación del estado social de derecho y de justicia. Y para ello las políticas de estado que deben formar, antes de este nuevo acuerdo nacional, deberían ser: las garantías de un régimen democrático y estado de derecho, la afirmación de la identidad nacional, la institucionalización del diálogo y la concertación, el planteamiento estratégico y la transparencia, la política exterior para la democracia y el desarrollo, la seguridad ciudadana y la erradicación de la violencia, la descentralización política, económica y administrativa, así como también la igualdad de oportunidades sin dioscriminación, el acceso universal a la educación y a la promoción a la cultura y el deporte, el acceso a la salud y seguridad social, acceso al proceso del empleo pleno, digno y productivo, la promoción de la seguridad alimentaria y la nutrición, el fortalecimiento de la familia y la protección de los niños. En el campo económico, recuperar la competitividad del país y la afirmación de la economía social de mercado, la competitividad, la productividad y la formalización económica, el desarrollo sostenible, sustentable y la gestión ambiental, el desarrollo de la ciencia y la tecnologìa, el desarrollo de la infraestructura y vivienda, la ampliación de mercados con
reciprocidad, el desarrollo agrario y rural. En el aspecto de la eficiencia del Estado y la transparencia y la descentralización, garantizar el Estado eficiente y transparente.
La institucionalidad de las fuerzas armadas, la ética, la transparencia y la erradicación de la corrupción. La erradicación del narcotráfico, la plena vigencia de la Constitución y de los Derechos Humanos, el acceso a información y libertad de expresión, la eliminación del terrorismo y la reconciliación, así como la reconsideración hacia la responsabilidad fiscal y la reducción de la deuda pública.
Esos son los elementos que la sociedad venezolana debe privilegiar en la conformación de un acuerdo nacional que permita acelerar una salida transicional a favor de la superación de Venezuela como nación, terminó expresando el profesor Alcántara en sus declaraciones para El Impulso.
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