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Por: Violeta Villar / www.lawebdelasalud.com
Defender “El agua como factor clave de salud y economía” fue el tema de la actividad que por octavo año consecutivo une a la ciudadanía con la comunidad científica panameña
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La Marcha por la Ciencia, actividad que desde hace ocho años impulsa la Fundación Ciencia en Panamá, albergó en esta casa viva llamada Biomuseo, la vocación de la ciudadanía por defender “El agua como factor clave de salud y economía”.
El tema central de la edición número ocho de la Marcha de la Ciencia fue el agua y también un llamado a la conciencia crítica de la Nación. El 5 de mayo serán las elecciones generales para escoger autoridades y al nuevo Presidente de la República, quien está llamado a incorporar la ciencia, la tecnología y la innovación en su agenda de trabajo.
Al respecto, la Dra. Ivonne Torres-Atencio, presidenta de la Fundación Ciencia en Panamá y el Dr. Arturo Rebollón, directivo y coordinador de la Marcha por la Ciencia, en representación de la Junta Directiva de la organización, leyeron ante los presentes, antes de salir en marcha por la Calzada de Amador como ya es tradición, los puntos del manifiesto titulado, Nueve medidas fundamentales para contribuir al desarrollo de Panamá mediante la ciencia, la tecnología e innovación.
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Frente a la comunidad académica y científica panameña, aliados, amigos y familiares, se hizo el silencio en la tarde del domingo 14 de abril y así, bajo el cielo y frente al mar, se pidió que el próximo mandatario o mandataria nacional, considere “la ciencia, la tecnología y la innovación” como “herramientas indispensables para contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas y el desarrollo sostenible de los países” y tome en consideración estas nuevas medidas indispensables “para fortalecer el ecosistema científico y la generación del conocimiento al servicio del desarrollo del país”:
- Destinar al menos el 1 % del Producto Interno Bruto en materia de inversión de Ciencia, Tecnología e Innovación, de modo que se permita acelerar las transformaciones que el país necesita para enfrentar sus principales desafíos del presente, con miras a aquellos que surjan en el futuro.
- Crear unidades de ciencia, tecnología e innovación en las instituciones públicas, lideradas por personal capacitado y científico, con procesos transparentes de contratación, evaluación y monitoreo rigurosos, de modo que contribuyan a orientar la política pública, generar conocimiento científico especializado; tener posibilidades de innovación para el desarrollo del país y servir de plataforma para la inserción laboral del talento especializado que se ha formado dentro y fuera del país.
- Mantener canales de diálogo permanente entre las autoridades del gobierno, la comunidad científica y el sector privado en busca de fortalecer los procesos de innovación que requiere el país para su desarrollo.
- Asegurar que la persona que dirija la Secretaría Nacional de Ciencia Tecnología e Innovación tenga las competencias científicas, tecnológicas, de innovación y de gestión administrativa indispensables para ocupar el cargo. Aunado a ello es importante considerar a una mujer para este cargo, considerando que a la fecha esta posición no ha sido ocupada por ninguna, a pesar de la cantidad de mujeres preparadas en los ámbitos de CTI que tiene el país,
- Fortalecer los procesos de comunicación del Estado, mediante el respaldo de la evidencia que genera la comunidad científica, para mitigar los efectos adversos que genera la desinformación en la sociedad.
- Concentrar esfuerzos en conjunto con la comunidad científica en temas críticos del país tales como el agua, la gestión de residuos, los efectos del cambio climático, la seguridad alimentaria y la desigualdad social (en particular de género y etnia), que afectan la salud, el ambiente y el bienestar general de la sociedad.
- Garantizar la continuidad de la implementación de la política de igualdad de género en Ciencia, Tecnología e Innovación 2040, así como su plan de acción, con la finalidad de reducir las desigualdades de género en el país con una mirada interseccional y territorial.
- Impulsar y financiar el emprendimiento científico, para que contribuya a generar empleos, acelerar la resolución de los problemas sociales y para aprovechar oportunidades de mercado que aún no se han identificado, atrayendo inversión internacional para la sostenibilidad de los programas.
- Establecer y promover políticas de acceso abierto a información de datos procedentes de financiación pública con el objetivo principal de mejorar la eficiencia de la investigación científica y evitar la duplicación de esfuerzos.
La Marcha por la Ciencia contó con el apoyo del Biomuseo, la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) y Ciudad del Saber. Entre otros aliados: el Instituto Técnico Superior Especializado (porque el ITSE está de moda), el ESRI Panamá e Indicasat AIP.
Charlas interactivas
Durante la jornada previa a la presencia pacífica en calle de la Marcha de la Ciencia, en el primer piso del Biomuseo se desarrolló un ciclo de charlas interactivas, enfocadas en los temas agua, liderazgo, impacto de los becarios internacionales y nuevas apps para observar animales.
La Dra. Francesca González, de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP), Doctora en Ingeniería e integrante del grupo de investigación Air Engineering Studies (AirES), conversó sobre la Calidad del aire en tiempo del Cerro Patacón.
Preguntó a los presentes cuántas veces, antes de los incendios de Cerro Patacón, se habían preocupado por indagar sobre la calidad del aire en Panamá.
Dijo que es positivo ver la preocupación de las personas, pero es necesario desarrollar más la sensibilidad con respecto a la situación.
Carros con escapes contaminantes, personas que venden frutas y comidas en la calle, expuestas a estos agentes, son parte de las escenas cotidianas que no se pueden normalizar.
Recordó los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2018): “Alrededor de 7 millones de muertes se atribuyen a los efectos de la contaminación del aire, tanto interior como exterior”.
Durante la charla comentó la experiencia con la Estación de Monitoreo de Bajo Costo del grupo AirES, situado en el Campus Víctor Levi Sasso de la UTP y cómo logró registros históricos durante los incendios de Cerro Patacón en relación con presencia de material particulado. También llevan registros del impacto del flujo vehicular en la contaminación atmósferica.
Recomendó, en caso de repetirse situaciones de alta contaminación, evitar estar en el exterior, limpiar los filtros de los sistemas de ventilación y, como parte de una cultura preventiva, menos uso de energía en casa y en oficina, optar por sistemas limpios como las bicicleta y sumarse a las actividades de promoción.
La Dra. Indra Candanedo, bióloga con una maestría en Biología de la Conservación y Desarrollo. Sostenible, Doctorado en Ambiente y Sociedad e investigadora de la UTP, conversó sobre Matusagaratí, el humedal más extenso de Panamá, situado en Darién.
Proyectó dos videos que reflejan este complejo de humedales que resguarda el agua dulce de Panamá.
Ha liderado dos investigaciones, la más reciente, “Hidrología, Reservas de Carbono, Plantas y Peces de Matusagaratí” continuación del proyecto “Hidrología, Vegetación y Avifauna del complejo de Humedales de Matusagaratí, Darién”, el cual se desarrolló entre 2019 – 2020.
Pidió aprender del ciclo del agua porque es futuro y vida. Es una enamorada del humedal.
Suzanne Sáez, subgerente de Calidad y Desarrollo del Instituto Técnico Superior Especializado (ITSE), por su parte, desarrolló la charla, Inspirar a las nuevas generaciones de líderes.
Dijo que en una época de cambios es necesario repensar el liderazgo para poder atender a conflictos globales que van desde la pobreza extrema a la crisis climática.
Pidió fomentar la educación en ciencia, tecnología e innovación, aprovechar las oportunidades emergentes de un mundo cada vez más tecnológico, parte de la propuesta del modelo ITSE.
La Dra Norma Miller, de la UTP y del Centro de Investigación Educativa de Panamá (Ciedu), dialogó sobre el liderazgo transformador de la educación panameña, evaluó los resultados de la prueba PISA, y en general de distintas mediciones, y pidió avanzar sobre nuevos pilares.
Se refirió a la necesidad de pensar en la inteligencia distribuida (“la inteligencia que anda por la calle) porque “no todo es el mercado; el trabajo no da satisfacción si estamos amargados y frustados”.
Otros desafíos en un nuevo modelo: la capacidad de formular preguntas que disparen nuevos esfuerzos de investigación y aprendizaje y una mirada curiosa, “hambrienta de conocimiento”.
“En Panamá la principal constante en políticas educativas ha sido el romper con los cambios del gobierno anterior”, así “la inversión, las nuevas capacidades, el entusiasmo y la esperanza se diluyen”.
Citó avances en el país como el Compromiso nacional por la educación, con cinco ejes temáticos: Calidad, equidad, formación de educadores, gestión de la educación e inversión.
El Dr. Jorge Perén, arquitecto, urbanista, consultor en Diseño Sustentable y Eficiencia Energética, investigador y docente de la Universidad de Panamá (UP), mostró los resultados del proyecto Muvee Panamá el cual “propone un estudio para la transformación de la matriz de movilidad y adecuación del entorno físico para la movilidad peatonal en sectores urbanos”.
El proyecto evalúa el microclima en sectores de uso mixto y alta conectividad (flujos de automóviles y peatones) en la ciudad de Panamá con el objetivo de proponer un modelo integral de movilidad urbana, con el financiamiento de la Senacyt.
También mostró los resultados de la intervención urbana The Green Path, el cual “fomenta la movilidad activa (peatonal/bicicleta) local y aumenta la conectividad intermodal del entorno de la estación del metro Iglesia del Carmen (corregimiento de Bella Vista, en ciudad de Panamá).
Durante el ciclo de charlas, la Embajada de Reino Unido presentó los alcances y el impacto de la Beca Chevening en Panamá.
En la Feria Científica
En el contexto del evento, los científicos y las científicas conversaron con el público que se acercó a conocer de cerca los resultados de la investigación y los rostros detrás del esfuerzo.
La presencia de los jóvenes fue relevadora y demuestra su entusiasmo por involucrarse en la causa de la ciencia.
Niños y niñas, en compañía de sus padres, ya desde pequeños forjan vocaciones y utilizan la duda como instrumento transformador en sus vidas, anhelantes de respuestas que los ayuden en su formación.
La Marcha por la Ciencia salió con puntualidad de laboratorio a las 3:30 p.m., desde el Biomuseo, por la Calzada de Amador y con regreso al lugar de origen.
Cánticos, pancartas en alto con llamado a cuidar el agua y garantizar el futuro, cerraron esta octava edición con un entusiasmo colectivo que demuestra el amor hacia la ciencia y la esperanza por un mejor mañana que tenga en la ciencia, soluciones sin demagogia.
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