«La cronicidad de la corrupción del gobierno universitario,
es garantía de títulos ilegítimos».
Crisanto Gregorio León
Los títulos troyanos o títulos julianos.- En el caso de las titulaciones universitarias obtenidas con la impronta de la corrupción que caracteriza la gestión del director Julio Marcus. Estas perversas acreditaciones pueden llamarse en el mundo académico y de la sociedad como “títulos Julianos”, “títulos falsos putativos”, o títulos de falsificación endógena de la universidad. Para referirnos a estos entredichos diplomas que son abortos del director Julio Marcus, del rector y de las demás autoridades que los firman y lo sellan, sabiendo que son cartones vacíos, sin background académico y sin respaldo de escolaridad; porque no es verdad lo que en el titulo se declara. De modo que es necesario distinguir entre un título universitario auténtico, de un título de falsificación pedestre o de falsificación ordinaria forjado por una criminalidad no académica por ser generalmente exógenos de la casa de estudios y un título ilegítimo de falsificación “intramuros de la universidad” emitido por la mafia universitaria con apariencia de genuino pero que es entredicho o Juliano para nuestra geografía, porque no está respaldado ni por escolaridad ni por evaluaciones que no sean igualmente forjadas o simuladas y que son endógenos de la criminalidad académica. Dicho de manera llana, en cuanto a los títulos falsos, los hay de dos tipos: unos son títulos falsos que provienen de afuera de la universidad hechos por la delincuencia externa y otros son títulos falsos que provienen de adentro de la propia universidad y son hechos por la delincuencia académica intramuros. En esta epístola me refiero particularmente a los que forja la propia universidad y que sin serlos pasan por auténticos porque la casa de estudios los declara fraudulentamente como legítimos.
Los títulos entredichos, falsos putativos o endógenos falsos son otorgados por los “togados criminales” que integran un gobierno universitario corrupto. De tal forma que el contenido de su cuerpo cartular que constituye la declaración de la universidad por obra de sus indecentes autoridades proclamando como legítimo el título y a su tenedor, eso es totalmente falso, siendo en realidad una emboscada del crimen académico. Desde luego que los funcionarios corruptos se cercioran de que el título sea registrado en los índices de la casa de estudios previendo alguna eventual auditoría. El teatro radica en que el título entredicho o “falso putativo” o “endógeno falso”, por cuya simulada verosimilitud participa de las características de un título auténtico o genuino, es en realidad forjado académicamente por la propia mafia de la universidad, porque pasa por genuino pero es falso y es más engañoso que el que ordinariamente conocemos como un título de falsificación pedestre o exógeno, porque siendo su autenticidad declarada por la casa de estudios que lo emite y lo confiere, es complejo identificarlo como un troyano, sin la delación y la colaboración de los funcionarios decentes que aman y respetan a su universidad.
Una primera ilustración.- Recuerden que un troyano o un virus troyano es un tipo de malware que se descarga en una computadora disfrazado de programa legítimo. El método de entrega suele hacer que un atacante utilice la ingeniería social para ocultar código malicioso dentro del software legítimo para intentar obtener acceso al sistema de los usuarios con su software alterado. Así tal cual ocurre, en los casos que nos ocupa, donde el gobierno universitario dedicado a esta criminalidad, es el atacante que utiliza los procedimientos de la alma mater, aunque sin respeto ético, ni moral ni legal, pero sí de manera corrupta y en esa “trampa de los académicos” la mafia universitaria descarga depravadamente en. la sociedad y en el mundo profesional títulos disfrazados de auténticos, para que “los compradores o los beneficiarios” tengan acceso engañoso al sistema profesional y laboral. De esta forma un gobierno universitario corrupto y corrompido confiere estos títulos a gente inmoral, sin ética, sin que tengan que estudiar, que son sus clientes del mercado negro ávido de estos pergaminos por los cuales pagan altas sumas en dólares, pero también se los embolsillan entre sí, o entre ellos gratuitamente, para sus mujeres o sus hombres, familiares y amigos; o para quienes les convengan a su red criminal.
La verdad de Perogrullo y el no cumplimiento.- Estos títulos falsos putativos de forjamiento endógeno o intramuros de la universidad son en efecto conferidos por una alma mater corrupta. Es determinante saber que los títulos entredichos otorgados en la gestión de Julio Marcus, son conferidos efectivamente por la universidad que se auto golea. No cabe duda alguna, que el entredicho título de falsificación endógena o intramuros de la alma mater, proviene de la misma universidad que declara que “fulano de tal” es acreedor de ese honor por haber cumplido con los requisitos legales y académicos para recibirlo. Pero esa declaración escrita en el cuerpo del título es falsa. El conferimiento de tales títulos es precedido de todo un entramado y cadena de corrupción donde los “beneficiarios” nunca asisten ni asistirán a clases o no cumplen ni cumplirán en ningún porcentaje la escolaridad, o que asistiendo a clases jamás fueron ni serán realmente evaluados, y por omisión dolosa ni satisfacen ni satisfarán los requisitos para ganárselos en buena lid. Algunos de estos burleteros y sinvergüenzas tenedores fraudulentos en caso de ser medianamente conocidos por quienes pudieran ser sus compañeros de clases, para disimular y engañar a los estudiantes legítimos sobre su embaucadora escolaridad se dejan ver de vez en cuando en la universidad, pero otros más caraduras que son la mayoría, ni siquiera se asoman por el recinto de su corrupta alma mater.
Un título universitario falso putativo.- Evidentemente, la adjetivación de un título universitario como Juliano o “falso putativo”, “falso endógeno”, o falsificado intramuros; obedece a tener en apariencia física todas las características de un título que ha sido elaborado en atención a las especificaciones y a las pautas exigidas en los protocolos de verificación para pasar por auténtico, pero que es de falsificación intramuros, forjado por el corrupto gobierno universitario, sin verdadero respaldo de escolaridad académica. Porque quien lo recibe no estudia ni estudió para merecerlo sino que pagó para ostentarlo. Y la circunstancia por la cual las firmas y los sellos que lo certifican son auténticos, es porque son firmados y sellados por auténticos delincuentes. Al título falso exógeno o de falsificación pedestre se le puede rastrear y comprobar que no fue emitido por la casa de estudios superiores de la que dice provenir. En cambio al título Juliano, o falso putativo, falso endógeno o de falsificación intramuros, cuando se le rastrea encontraremos que evidentemente la universidad avala y declara su autenticidad, porque siendo producto de un gobierno universitario mafioso, entonces todo lo cuadran fraudulentamente. Pero no hay delito perfecto porque estos comportamientos criminales han salido a la luz.
Una segunda ilustración.- Cuando por la criminalidad del propio gobierno universitario, este emite o confiere títulos sin respaldo de escolaridad, como si estos pergaminos y sus tenedores fueran genuinos y realmente legítimos; es como el caso en el que funcionarios de una casa de moneda de alguna nación, decidan fabricar subrepticiamente billetes para el provecho propio en fraude de esa nación y de la propia casa de moneda, y en el afán de que las huellas del delito no parezcan huellas, con la intención de desfigurar el cuerpo del delito, con el mayor desparpajo hacen relacionar contablemente el dinero acuñado, como si esa vileza fuera normal y permitida moral, ética y legalmente, incurriendo en la torpeza que los descubre. De modo que aprovechándose de su circunstancial momento, los integrantes de un gobierno universitario corrupto, están engolosinados y piensan que son furtivos delincuentes, pero la realidad es que su proceder es un secreto a voces porque además de innumerables cabos sueltos, los signos exteriores de riqueza son elocuentes y los dejan en evidencia. En ese escenario se ha manejado Julio Marcus y los demás coautores de estos delitos en perjuicio de la nación y del otrora prestigio de esa casa de estudios superiores; echando a la calle oleadas de profesionales falsos que blanden vergonzantemente títulos con legitimidad fraudulenta.
La consuetudinaria práctica inmoral de un gobierno universitario corrupto.- Sin duda que con la evidencia empírica de su modus operandi, el gobierno universitario de esta casa de estudios superiores, con un discurso embaucador y una práctica criminal impune, no solo está dando un mal ejemplo que desnaturaliza la esencia de una alma mater que debe estar llamada a formar profesionales, pero no a infiltrar en los campos laborales a inmorales que no cursaron ningunos estudios y que además exhiben y blanden sin castigo unas titulaciones académicas que son falsas desde su origen y son otorgadas en simulacros de graduaciones legítimas; para introducir maliciosamente en la sociedad a profesionales chimbos que invaden sectores seleccionados estratégicamente y para ello son acreditados ex profeso por un grupo estructurado de delincuencia organizado camuflado con la investidura de gobierno universitario. Los malandros de un gobierno universitario que se dedica a esto, encabezado por el rector, con los hechos y un discurso burlón contrario a la verdad se siente justificado al creerse sustraído o exceptuado de la obligación de respetar el estado de derecho y la honorabilidad que debe despuntar en las casas de estudios superiores; por lo que de manera temeraria y en la comisión continuada de delitos, se ufana en la producción y el conferimiento masivo de títulos académicos falsos; atribuyéndoles de manera ficticia una idoneidad profesional a quienes realmente no la tienen. Como internamente los miembros del gobierno universitario no se sienten vigilados ni supervisados, entre sus integrantes fraguan el delito y su sui generis receptación. Siendo así, el gobierno universitario en coautoría con los firmantes del cuerpo cartular de los títulos, los confieren a tenedores ílegítimos sin idoneidad académica. ¡Vaya negación de la esencia universitaria!
Poseedores ilegítimos de mala fe.- Todos los poseedores de estos títulos fraudulentos tienen plena conciencia de su ilegitimidad profesional. Si a ver vamos, estos títulos universitarios falsos putativos son inválidos moral y legalmente y sus tenedores son ilegítimos profesionales, por lo que al destaparse la olla del guiso universitario que ha reportado ganancias exorbitantes en dólares y otros bienes muebles e inmuebles a los rectores y al resto de los miembros del gobierno universitario corrupto que se han sucedido el negocio ilícito; llegado ese momento la justicia divisará el honor en quienes encomiablemente tengan la tarea de hacer que esta alma mater recobre el prestigio perdido, mediante numerosos listados publicados en los medios de comunicación y en las redes sociales donde se identifique pormenorizadamente a los que se han aprovechado de la corrupción académica para hacerse de títulos por los que no cumplieron ni estudios ni escolaridad. De igual modo deben publicarse los listados de todos los funcionarios universitarios dedicados a estos crímenes por los cuales han de ser imputados. Son imperativos los decretos universitarios de revocación masiva de los títulos falsos putativos conferidos a gente deshonesta que los compró en el mercado negro o los obtuvo por otros medios ilícitos e inmorales. De modo señores corruptos, esos títulos universitarios podrán “meter la coba” de ser auténticos hasta cierto punto, pero para la gente académicamente autentica, esos pergaminos forjados intramuros en algún momento han de ser revocados por inválidos y sometidos a la justicia quienes los venden y quienes los compran.
La purga necesaria.- Cuando les pongan los ganchos a los titulares de esas oficinas productoras de títulos falsos putativos o títulos Julianos para nuestra geografía; seguramente se purgarán, como ha de purgarse la universidad de los títulos fraudulentos que también caerán en cascada. Enésimos son los funcionarios que integran este GEDO para el forjamiento y venta de títulos académicos y una concienzuda investigación los hace identificables. Para muestra tres delincuentes: Julio Marcus, la Calderona y Jesús Alberto, quienes aprovechándose de la posición ocupada se otorgan a sí mismos títulos académicos fraudulentos o falsos putativos. Pero estos tres delincuentes académicos apenas son la punta de iceberg, puesto que durante su gestión – no olvidemos que estos tres han sido jefes y aún están infiltrados – se ha descubierto todo el entramado de esta red de corrupción académica y la manera tentacular como opera con la autorización de un gobierno universitario corrupto. Tal como he venido exponiendo, se trata de oleadas sucesivas de graduaciones fraudulentas en las que se entregan miles y miles de títulos que la universidad declara que efectivamente provienen de ella,- he allí la trampa- , pero que sus beneficiarios, tenedores o titulares no estudian ni estudiaron para ganárselos y los integrantes o miembros de gobierno universitario se comportan cuales prostitutas académicas.
«Si el rector supiera de la corrupción académica, es una expresión ingenua, cuando el rector encabeza la banda».
Crisanto Gregorio León
Crisanto Gregorio León
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