Nos detenemos en los días calendario diciembre. Fechas que ayudan a renovar la esperanza ante las penurias que puede sufrir cualquier familia en cualquier parte del mundo. Hoy en día, la gente se prepara para reunirse en familia. Reencontrarse, arreglar o resolver los conflictos inherentes a los enclaves humanos, donde los desacuerdos no son infrecuentes. ¡Feliz navidad! O cuando nos abrazamos y nos deseamos, ¡feliz año nuevo!
Bailando al ritmo de los aguinaldos, al inevitable estrépito y tambores que nos llegan desde la singular situación del Zulia, los venezolanos tenemos la oportunidad de utilizar los ahorros durante la época navideña, para convertir los aguinaldos de fin de año en artículos para el hogar. Proporcione fechas de estreno y, por supuesto, reserve algo de dinero para comprar juguetes para niños. Desafortunadamente, en esta situación no hay ahorro, porque una familia cuyas cuentas no están equilibradas para cubrir los gastos del hogar y la familia no puede permitirse invertir en la cría de cerdos. Cualquier idea de esperar la Navidad para financiar la mejora del frigorífico, la renovación de la cocina, la instalación de un nuevo televisor y reparaciones ocasionales en el hogar se ha evaporado. devaluación, Mineralización de los salarios y ruptura emocional de las familias. Se ha extendido a los lugares más inimaginables del planeta.
Además, los estrenos de fin de año apenas se producen, salvo las milagrosas aventuras de los jefes de familia, que lograron que no se rompiera la tradición de vestir ropa amarilla transmitida de generación en generación. generación La realidad es que los precios son innegociables en una familia donde es difícil tener fondos para comprar comida y poner los ingredientes en el mostrador para preparar la hallajá con las instrucciones de la madre. juguetes infantiles. Niños. Y aquí está intuición humana naturaldel niño inocente que, incapaz de reflexionar sobre las causas y motivos de esas carencias, siente que no se puede, que algo ha fallado, y que su glorioso aporte como ser maravilloso es conformarse con poco. El niño Jesús le trae a él o a San Nicolás a cambio del mejor regalo del mundo que es la capacidad de crecer. Viva en paz y alegría en Venezuela.
Pero lo cierto es que lo que más se extraña en cada hogar venezolano no es el pan de jamón, las uvas del tiempo, las nuevas publicaciones o los juguetes, sino la ausencia de los seres queridos en el exilio. , en el extranjero. abrazos entre hermanos, extrañando las bendiciones de la familia, padres, abuelos, recordando los mejores tiempos Su barrio o urbanización evoca derrapes, ruidos y luces de fuegos artificiales.
Cada vez que estos sentimientos nos embargan, fortalecemos nuestro espíritu de lucha sin sucumbir a la nostalgia, para que pronto cada uno de nosotros podamos decir en nuestra casa de Venezuela: ¡Feliz navidad!
Mitzi Capriles de Ledezma