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Con el lenguaje se construye y se destruye, porque hay que utilizar el cerebro antes de hablar, lo cual es útil en una época en la que nuestro pueblo, al menos, vive el «qué diré». una lucha interna constante que no es nada positiva para las personas que sólo piensan en trabajar, producir, compartir, pagar impuestos y no ser una carga para nadie, sino ayudar de buena fe al carro con su carga. Son un pueblo trabajador, que exige paz y buenas relaciones, donde todo sea por el bien y restauración del país existente; Al igual que los jóvenes o las generaciones que los reemplazarán, es necesario enseñarles un discurso positivo que reclame el amor, la convivencia, el respeto y la moralidad como lecciones principales. el trabajo es una bendición de Dios y no castigo, y puedan disfrutar con orgullo la alegría del esfuerzo realizado y sin miedo, valorar sus acciones con la frente en alto, porque nadie los mirará con recelo ni los perseguirá, y lo que han logrado les sorprende. sus logros. sacrificios, su trabajo y comportamiento honesto; Esta es la mejor manera de vivir, servir a Dios y honrar a Sus hijos y a todas las generaciones.
Algún día, esperamos fervientemente que quienes toman las decisiones en nuestro país encuentren pronto un verdadero camino hacia la paz y la prosperidad para todos.«Dime qué decir» y ambas partes entienden que nuestro pueblo necesita valorarse, respetarse y tratarse como una familia, que las montañas están llenas de árboles y no pueden vencerse.
Hay una gran diferencia entre estar vivo y saber vivir. Robin Klarmos nos dijo que, por tanto, quienes dicen «Dime lo que digo» no deben olvidar que debemos guiarnos por la voluntad de perdonar y reconciliar para que el destino de cada conflicto sea bueno. buscando fervientemente el bien común, o más bien expresión popular de personas que sufren por una razón u otra, y cuyo único pecado es trabajar con ahínco y servir al pueblo, sin buscar otro beneficio que el de sus propios esfuerzos, por ejemplo, el por encima de los pensionistas. Si la docencia es una o la primera profesión debe ser sagrada y honorable, no es ningún secreto que nuestro país es el más rico y hermoso del planeta.
AAhora más que nunca existe una solución rural y todos estamos unidos en la búsqueda de la paz, la armonía, el respeto y la prosperidad de nuestro país.
José Gerardo Mendoza Durán
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