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Los súper bloques Siguen siendo objeto de debate y crítica en la actualidad. Sus diseños, inicialmente celebrados como una respuesta eficaz al problema habitacional, fueron cuestionados por su carácter impersonal y su falta de adaptación al clima tropical.
estos geniales estructurasque en su momento surgió como respuesta a la creciente demanda de vivienda social, y también para intentar frenar el surgimiento de barrios (favelas), que a menudo enfrentan problemas de ventilación, iluminación y salud; Problemas que siguen sin resolverse en la arquitectura de vivienda popular venezolana.
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Dada la necesidad de responder a estas cuestiones, existe:Superbloque renovado– un proyecto de investigación aplicada, que nació en un taller de diseño arquitectónico con estudiantes de la Universidad Central de Venezuela, liderado por el arquitecto Marcos Coronel-Bravo.
El proyecto cuenta con el apoyo del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la Universidad Central de Venezuela y el Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Fonacit). Toda la estructura fue fabricada gracias a Lasercut. En sus laboratorios de mecanizado de acero, las piezas se fabricaban con máquinas de corte láser CNC y plegadoras digitales.
Supermanzana Renovada pretende registrar y analizar la evolución en el tiempo de estos edificios, a partir de las modificaciones realizadas por sus habitantes, para desarrollar nuevos prototipos inspirados en estas modificaciones domésticas. Con ello se busca mejorar la relación de los espacios con el clima y la ubicación, la iluminación y la ventilación natural.
La instalación de este proyecto piloto se realizó en agosto de 2024pero el proceso comenzó en noviembre de 2023, gracias a la apertura de una familia de la Supermanzana 14-B en el Sector Monte Piedad de la Urbanización 23 de Enero (1955), que abrió sus puertas a los estudiantes de arquitectura.
Paula y Rafael, los propietarios de la casa interpuesta, compraron este piso hace más de cuarenta años, y viven allí con una de sus hijas y sus dos nietos.
Con el tiempo, la familia pudo acomodarse gracias a su esfuerzo por adaptar los espacios.Modificar el interior, pero sobre todo los ventanales originales de 1,20 m x 1,00 m, esta modificación buscaba ampliar el paisaje, poner plantas, tender ropa, mirar al exterior y ventilar, como lo han hecho de muchas otras maneras sus vecinos.
Supermanzana Rehabilitada es un experimento que busca lo mismo que hicieron los habitantes de la urbanización 23 de Enero, solo apoyado en la reflexión de un taller de diseño arquitectónico y la posibilidad de construir con nuevos materiales y tecnologías.
Este ejercicio ofrece la posibilidad de dar origen a otras mejoras estructurales. y sirve como punto de partida para una renovación más amplia de este y otros apartamentos con problemas similares.
El arquitecto Marcos Coronel-Bravo, quien lidera el proyecto, expresa que seguramente Carlos Raúl Villanueva, máximo exponente de la arquitectura moderna en Venezuela y creador de la urbanización 23 de Enero, «estaría de acuerdo en modificar las manzanas».
«Sus reflexiones sobre nuestro clima en la Ciudad Universitaria y sobre su obra en general no tuvieron cabida aquí. Algunos investigadores dicen que se debe a recortes presupuestarios y apremios de tiempo, pero al final es un problema conceptual sobre la vivienda colectiva, que continúa repetir», dice Coronel.
En opinión del arquitecto, las reformas realizadas por los habitantes de las supermanzanas, «con todos los motivos», son una lección de arquitectura. «Este proyecto lo que hace es revelar ese problema y pensar en su posible transformación», apunta.
Hacer la pieza entera dependía de un proceso de prefabricación de más de 200 componentes de acero galvanizado, que se articulan con sistemas secos, tornillos y pernos. Un kit fácil de montar, ultraligero, listo para usar y sin soldadura. La estructura también cuenta con un elemento de madera, realizado en el taller del arquitecto Carlos Mendoza.
En las diferentes etapas de investigación, diseño y construcción también se contó con la colaboración de los profesionales, Carlos Antonio Pérez, María Fernanda Jaua, Nathaly González, Luzmarina Campitelli, Julio Mesa, Javier Caricatto, Carlos Mendoza Acosta, Andrea Grados, Edwin Toledo, Pedro. Clave Martínez, Moisés de Pablos y Armando Chacín, Andrés Makowski, María José Rángel y Christian da Silva.
El proyecto lleva el nombre XI Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (XI BIAU) 2024, donde se premian las mejores prácticas de arquitectura y urbanismo de América Latina, el Caribe, España y Portugal.
Para el arquitecto Marcos Coronel-Bravo, profesor de la Universidad Central de Venezuela, “la vivienda social, tanto individual como colectiva, es sin duda el gran desafío que no ha sido resuelto en nuestras ciudades”.
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