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América Latina enfrenta un nuevo cambio en su relación con el gigante americano, con los últimos acontecimientos La victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses, señala una nota de actualidad de la firma de consultoría y análisis financiero Ecoanalítico, firmada por el socio director, Alejandro Grisanti Caprileas.
Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, América Latina enfrenta un nuevo cambio en su relación con Estados Unidos. Política de “Pon a Estados Unidos en primer lugar” es una de las plataformas de Trump, que se centra en priorizar los intereses nacionales sobre los compromisos internacionales. Para países como República Dominicana, estas decisiones podrían conducir a cambios profundos.
Política de inmigración: Un muro más alto y más desalojos. Una de las primeras áreas donde podría sentirse el impacto de “Poner a Estados Unidos primero” es la inmigración. Trump ha defendido una postura dura en materia de inmigración y su regreso al poder podría significar un aumento de las deportaciones de ciudadanos latinoamericanos. Sin embargo, las remesas desde Estados Unidos, que son una importante fuente de ingresos para muchas familias dominicanas, no se verán afectadas.
Política comercial: Más proteccionismo y “Onshoring”. Uno de los pilares de la política comercial de Trump es el proteccionismo. Bajo esta política, Estados Unidos buscaría reducir su dependencia de países extranjeros fomentando la fabricación en su propio suelo. Esto no sólo implica acuerdos comerciales menos favorables para América Latina, sino que también marca un cambio de “nearshore” (producción en países vecinos) a “onshoring” (producción en Estados Unidos).
Para República Dominicana, esta estrategia es una advertencia. Debido a que depende en gran medida de las exportaciones a Estados Unidos, empresa dominicana Es posible que enfrenten mayores obstáculos para ingresar a las cadenas de suministro estadounidenses. Los sectores más afectados en la zona franca serán el textil y el manufacturero. Los proyectos que se están impulsando actualmente, como la fabricación de semiconductores, pueden verse afectados por un cambio en los incentivos a la fabricación.
Cooperación económica e inversión: Un futuro con menos capital extranjero. Otro impacto de “Poner a Estados Unidos primero” es la reducción de la inversión extranjera y la cooperación económica. En el pasado, la administración Trump ha mostrado poco interés en promover programas de ayuda exterior y, con su regreso, es probable que esta tendencia continúe. Para República Dominicana, esto significa más dificultades para financiar proyectos de desarrollo y debilita la cooperación en áreas esenciales como infraestructura y desarrollo social.
Cambio climático y medio ambiente: Un paso atrás en sostenibilidad. Bajo la administración Trump, se abandonó el enfoque en la sostenibilidad y el cambio climático en favor de la extracción de combustibles fósiles, como el petróleo y el gas.
gas. La posibilidad de que se restablezca esta política tiene profundas implicaciones para el Caribe, una región vulnerable al cambio climático.
Relaciones diplomáticas: Una política exterior de individualismo y nacionalismo. Trump ha demostrado un estilo de liderazgo individualista y nacionalista en su política exterior, priorizando las relaciones bilaterales con países que se alinean con su visión. Esto creará una dinámica que creemos tiene cuatro grandes grupos de países latinoamericanos:
Los grandes ganadores (Argentina, Panamá y El Salvador) son países con estrechas relaciones personales con Trump. Probablemente lo disfrutarán más. cooperación en comercio e inversión.
Los países beneficiarios (República Dominicana, Perú, Paraguay y Costa Rica) podrían mejorar su posición relativa bajo la administración Trump, aunque esto dependerá de cómo manejen la diplomacia y las relaciones públicas alineadas con los intereses estadounidenses.
Relaciones difíciles: Países como Chile, Colombia y Brasil pueden enfrentar tensiones con EE.UU. por su posición política y liderazgo regional, marcando un escenario diplomático complejo.
Gran incertidumbre: Venezuela, Cuba y Nicaragua son un caso especial. La relación de Trump con estos países puede variar según intereses pragmáticos, como la política energética o de inmigración, en lugar de centrarse en la democracia.
En este contexto, República Dominicana podría beneficiarse si puede adaptar su estrategia en consecuencia. Las prioridades de Estados Unidos. Sin embargo, el país también debe estar preparado para afrontar los desafíos de un entorno menos propicio para la diplomacia multilateral.
Un mandato limitado como presidente. El último punto que merece atención se debe a Constitución de los Estados UnidosTrump no puede buscar un tercer mandato.
Dada la antigüedad y la fortaleza de las instituciones estadounidenses, es poco probable que se cambie esta restricción. Esto significa que, cuando lleguen las elecciones de 2026, Trump se convertirá en un “pato saliente” (un presidente en sus últimos años de mandato sin posibilidad de postularse para la reelección), lo que podría reducir su capacidad para realizar cambios drásticos.
En resumen, el regreso de Trump a la presidencia representa una combinación de desafíos y oportunidades para América Latina. Para República Dominicana, el impacto será significativo. La política de “poner a Estados Unidos primero” provocará un endurecimiento interno cuestión de inmigraciónmás proteccionismo comercial, un retroceso en la sostenibilidad y un enfoque altamente individualista de la diplomacia. Si bien existen oportunidades para mejorar su posición relativa, especialmente si puede alinearse con los intereses de Estados Unidos, República Dominicana deberá ser cautelosa y estratégica en sus decisiones.
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