– Infórmate Venezuela –
Observando las acciones de los gobiernos democráticos de Brasil, Colombia y México, golpe electoral Pasados en Venezuela, no dejan de sorprendernos. Con un falso ludibrium enterraron sus hazañas como exigen los socialistas del siglo XXI que formaron parte del Foro de São Paulo, tamizando el grupo de Puebla y logrando una suerte de sincretismo de laboratorio entre Nicolás Maduro Moros y Edmundo González Urrutia.
Celso Amorin no supo decir la verdad y admitió que ambos candidatos no pudieron demostrar que ganaron las elecciones presidenciales del 28 de julio. No muestra la copia original de cada recibo electoral perteneciente al líder de las fuerzas democráticas. María Corina Machadoes solo uno. No son dos que puedan compararse para determinar cuál está bien y cuál está mal. Y es que casi el 81,7% de las papeletas recogidas por quienes apoyaron a González Urrutia y ocultaron la autoridad electoral con un abierto desprecio al principio de derecho y de transparencia prueban que ese es el presidente electo de Venezuela. Derrotó a Maduro Moros por más del 30 por ciento. La OEA y el Centro Carter lo confirman.
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Pero el tema del sincretismo significa que los partidos están moralmente unidos en sus reclamos, y tampoco toma en cuenta que el pueblo venezolano acudió masivamente a las urnas para derrotar a la dictadura en la mentira. ¿O simplemente Petro, Lula y López Obrador no tienen claro este elemento absolutamente relevante? ¿O deberíamos recordarles lo básico con el texto manuscrito de la Corte Interamericana de Derechos Humanos? «Eso es lo que significa la concentración de poder. tiranía y tiranía«, afirmó en su resolución consultiva, declarando que la reelección indefinida del presidente es antidemocrática. Afirma que el ejercicio del poder por más de dos mandatos constitucionales no es ni tradicional ni democrático.
Maduro Moros, quien llegó al poder en 2013 como vicepresidente y gerente presidencial después de la muerte de Hugo Chávez, tenía prohibido constitucionalmente postularse. Le concedió el permiso el Tribunal Supremo, que una vez más intenta confirmar su reelección por la eternidad. Para entonces, Henrique Capriles estaba disputando las elecciones que tenía ante él por negociar el extraño margen del 1,5 por ciento otorgado a Maduro. Autoridad electoral en el año especificado. La respuesta de los jueces supremos de opresión fue clara: si te quejas, serás procesado. Esta es la historia que se repite.
Entonces, ¿qué nos queda? Lula y Amoringa – Eminencia Roja – no dicen nada sobre el hecho de que Elvis Amoroso, que les anunció la victoria del tirano y luego lo declaró presidente electo sin ningún control, es el mismo que hace unos meses. ¿Como antes, cuando el contralor republicano descalificó a Machado para postularse? Lo hizo descaradamente y sin expedientes ni demandas.
¿Es irrelevante para usted que el propio Machado haya pedido a los garantes de los Acuerdos de Barbados -incluido Estados Unidos- que el régimen bloquee las tan esperadas elecciones presidenciales? Venezuela¿Funcionará al final? Horrorizado, acudió a la Corte Suprema de Justicia para anular su falsa y falsa inhabilitación, quien, nuevamente por orden de Maduro, bloqueó el camino a su candidatura, sin ningún expediente ni consulta. Hoy conocen la medida propuesta por Maduro para limpiar su larga tiranía legalizando la ilegalidad.
¿Qué intentan salvar Lula y sus comandos? ¿Paz en Venezuela? ¿Habrá paz sin justicia y verdad? ¿Es instructivo ignorar la soberanía popular demostrada en la región para facilitarle el camino a Maduro ante la perspectiva de una salida pacífica? ¿Crees?
Hagamos historia nuevamente. Maduro Moros fue el garante de los acuerdos de mayo de 2003 sobre el referéndum revocatorio de Hugo Chávez Frías, negociado por la OEA y el Centro Carter. Pero ni él ni Maduro cumplieron los acuerdos. Se burlaron, como lo hicieron con Maduro Acuerdos de Barbados.
El TSJ decidirá El destino de las «elecciones» de Venezuela. En 2024, impidió la revocación de Chávez, cambió fraudulentamente la identidad constitucional del referéndum -para borrarlo bastaba con emitir otro voto por el elegido- y para ello lo declaró plebiscito. Y continuó en el poder hasta la muerte del padre del fallecido y del actual heredero. Luego, como Bolívar, al crear Bolivia, ordenó heredero a La Habana, como si fuera un monarca amparado por el derecho divino de los reyes.
¿Aceptarán impunemente los compatriotas de Lula, López Obrador y Petro que hicieron lo mismo en su propio país?
La democracia se salva con los votos, si se respetan. Es muy sencillo. Y vale la pena exponer la posdata a provocadores profesionales como el ex presidente Samper, que gobernó su nación a expensas del narcotráfico, porque dice que González Urrutia es el segundo volumen de González Urrutia. Juan Guaidó.
Juan no fue presidente, ni fue elegido como tal, pero como jefe del parlamento, a falta de un presidente electo y de elecciones libres en Venezuela, cumplió con su deber constitucional de cuidar el poder. Poder ejecutivo. Y estas elecciones esperadas llegaron después de muchos reveses, ganaron el 28J y el pueblo soberano. Según la Carta Democrática Interamericana hubo un presidente electo con legitimidad de origen. Él y María Corina, la afligida madre de las víctimas de la opresión, ganaron muchos votos en su equipo que ni Lula, ni Petro, ni López Obrador pudieron lograr en términos porcentuales.
Pronto se celebrarán elecciones tanto en Brasil como en Estados Unidos. Los recuerdos de la gente son nuevos. Siguen de cerca lo que sucede en Venezuela.
Asdrúbal Aguiar
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