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Con bajo potencial de crecimiento, cerrará las economías de América Latina, tanto en 2024, con 2,2% como 2,4% en 2025, la tasa se mantendrá baja y tendrá una dinámica de crecimiento dependiente del consumo privado y de una menor inversión. Así se afirma en el Informe de Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2024, el último informe anual (mainstream) de la CEPAL para el actual período, publicado hoy por la agencia de las Naciones Unidas.
Según lo informado por C.Déficits económicos para América Latina y el Caribe (CEPAL), la tasa de crecimiento proyectada para 2024 es de 2,2% y de 2,4% para 2025, siendo el crecimiento promedio anual durante la década 2015-2024 de 1%, lo que implica observar el estancamiento del PIB per cápita durante ese período.
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“Para enfrentar la trampa de la baja capacidad de crecimiento, por un lado, es necesario fortalecer la capacidad de las economías para movilizar recursos financieros de manera efectiva, aumentar la resiliencia a las fluctuaciones económicas y, por el otro, aumentar las fortalezas capacidad de producción a medio y largo plazo, mediante la adopción de políticas de desarrollo de la productividad encaminadas a incrementar la productividad, promover la inversión en capital productivo y crear empleos de calidad”, afirmó el Secretario Ejecutivo de la comisión, José Manuel Salazar-Xirinachs, durante la presentación del informe que coescribió. Director de la División de Desarrollo Económico de la CEPAL, Daniel Titelman.
En 2025 Sudamérica crecerá un 2,6%; Centroamérica 2,9%; mientras que en el Caribe, excluyendo a Guyana, esta cifra aumentará un 2,6%. En este contexto, persisten bajas tasas de creación de empleo, altos índices de informalidad y significativas brechas de género en el mercado laboral de la región. De acuerdo con las regulaciones de bajo crecimiento del PIB, El crecimiento del empleo en la región también es limitado, del 1,7% en 2024, el más bajo registrado en el período pospandémico de la enfermedad del coronavirus (Covid-19).
En cuanto al empleo informal, se espera que la tasa promedio de empleo informal en la región sea de 46,7%, lo que significa una disminución de 0,4 puntos porcentuales respecto a la tasa registrada en 2023. Si bien a pesar de una ligera caída de la informalidad, aún persisten importantes desafíos en la región para formalizarse empleo, lo que pone de relieve la necesidad de implementar políticas efectivas para promover condiciones de trabajo seguras y estables.
Por otro lado, luego de alcanzar su nivel máximo en 2022, la inflación en las economías de América Latina y el Caribe tiende a disminuir. Desde el nivel de 8,2% registrado ese año, la inflación promedio regional disminuyó a 3,7% en diciembre de 2023. Se estima que en 2024 la inflación seguirá disminuyendo a 3,4%. Si bien la inflación promedio en la región se ha acercado al valor central de los rangos objetivo de muchos bancos centrales (3,0%), el pronóstico para 2024 sigue siendo superior a los valores previstos registrados antes de la pandemia.
En el ámbito fiscal, ingresos fiscales tendrán dificultades para crecer en el corto plazo, mientras el gasto público se mantenga estable bajo la creciente carga del pago de la deuda. De esta manera, surgen riesgos para la sostenibilidad financiera, relacionados con el débil crecimiento del PIB, los altos costos de financiamiento y las fluctuaciones del tipo de cambio.
Según el Informe de Balance Preliminar de 2024, una de las principales políticas para hacer frente a la trampa de la baja capacidad de crecimiento es la movilización de recursos financieros. Internamente, es necesario fortalecer las finanzas públicas. Esto implica centrar los esfuerzos en mejorar la recaudación de impuestos y aumentar la progresividad, además de reducir el nivel de evasión fiscal y realizar una evaluación costo-beneficio de los gastos tributarios actuales.
¿Cómo hacerlo? La CEPAL propone fortalecer la gobernanza y la capacidad técnica, operativa, política y de futuro (capacidades TOPP) de las instituciones macroeconómicas.
La reforma de la estructura financiera internacional también desempeñará un papel central en la mejora de la capacidad de movilización de recursos en la región. Esto requiere una mayor coordinación regional para incidir en reformas globales que faciliten el acceso a recursos para el desarrollo.
En el ámbito de la política de desarrollo productivo (PDP), CEPAL Enfatizó la necesidad de implementar políticas de «nueva generación» para promover la transformación de la productividad, una condición necesaria para escapar de la trampa de la baja capacidad de crecimiento. Por ello, se ha enfatizado en la necesidad de identificar sectores de alto potencial para impulsar el crecimiento, priorizando la sostenibilidad ambiental, promoviendo la ciencia, la tecnología y la innovación, la digitalización, la financiación empresarial y la atracción de inversiones. Asimismo, la necesidad de aprovechar las cadenas de valor globales para diversificar la economía.
El informe recuerda que la CEPAL ha identificado 14 sectores aceleradores o de transformación agrupados en tres categorías: industria, servicios y sectores clave para el desarrollo sostenible. Estas áreas tienen prioridadPaíses de América Latina y el Caribe, yporque tienen un alto potencial para promover el crecimiento y la productividad.
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