Por Violeta Villar / www.lawebdelasalud.com
Investigaciones en salud pública y la acarología forense son temas en discusión del IV Congreso Latinoamericano de Acarología, el cual se desarrolla desde el 24 y hasta el 28 de julio, en la sede del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud
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Su tamaño microscópico impide que se puedan ver, pero los ácaros están allí, en productos tan cercanos como una harina cuya contaminación a causa de estos arácnidos puede originar enfermedad o muerte.
Dañinos, pero al mismo tiempo aliados de una disciplina en expansión, tanto en Europa como en países de América Latina: la acarología forense que estudia el uso de los ácaros en investigaciones criminalísticas.
Ocurre que cierto tipo de ácaros se comportan como una huella dactilar incluso más poderosa, porque puede estar en el cuerpo de la víctima y del victimario, además de registrar información valiosa para la ciencia criminalística.
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Investigaciones en salud pública y la acarología forense son temas en discusión del IV Congreso Latinoamericano de Acarología, el cual se desarrolla desde el 24 y hasta el 28 de julio, en la sede del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (ICGES), bajo el lema, “Integrando disciplinas, enfrentamos desafíos”, con la participación de delegados de los 24 países que forman parte de la Sociedad Latinoamericana de Acarología, la institución que impulsa el evento.
Panamá preside el Comité Organizador en la figura de Sergio Bermúdez, investigador y coordinador del Departamento de Investigación en Entomología Médica del ICGES.
El dato: La Sociedad Latinoamericana de Acarología (SLA) es la comunidad de Acarólogos de Latinoamérica e Islas del Caribe, la cual integra la promoción de la investigación científica, la docencia y la difusión del conocimiento de los ácaros en nuestra región y en el mundo entero. Esta sociedad tiene como temas focales la evolución de estos arácnidos, su biología, diversidad, importancia ecológica, agropecuaria y en salud pública.
Ácaros: artrópodos diversos
El coordinador del Departamento de Investigación en Entomología Médica del ICGES explica que los ácaros son de los artrópodos más diversos que existen.
“Los más conocidos son las garrapatas por su gigantesco tamaño, pero los hay microscópicos: acuáticos, de suelo, parásitos, de importancia agrícola, médica y veterinaria”.
“También especies que son una plaga en el ámbito cuarentenario y transmiten enfermedades que pueden ser fatales”.
Esta complejidad justifica el interés de los acarólogos de reunirse en el IV Congreso Latinoamericano de Acarología y determinar qué está haciendo cada quién.
“En ciencia todo el mundo tiene una pieza del rompecabezas que le puede faltar a alguien para completar una investigación”, explica Bermúdez, entomólogo e investigador en Salud, quien es experto en estudios relacionados con la ecología de las garrapatas y su relación con agentes patógenos, con más de 60 trabajos publicados.
Los ácaros no son insectos; son arácnidos. No tienen alas, cabeza, tronco o abdomen. Tampoco seis pares de patas ni alas. Poseen idiosoma, quelíceros o piezas bucales muy particulares, característica que los distingue como grupo, y ocho pares de patas ya en su etapa adulta.
Efectos en la salud pública
Investigaciones recientes estudian los efectos de los ácaros en las despensas porque pueden desarrollar un tipo de toxina que resiste al calor y cuando la persona usa la harina contaminada, puede sufrir un shock anafiláctico por alergia.
Señaló que en Panamá se están presentando casos de la llamada fiebre manchada por Rickettsia rickettsii que ha sido causa de defunción.
El Grupo de Estudios con Ectoparásitos (GEE) del Instituto Gorgas, describe que “enfermedades como las fiebres recurrentes transmitidas por garrapatas Argasidae, la fiebre manchada por Rickettsia rickettsii, el tifus murino, la fiebre Q, ehrlichiosis, babesiosis y anaplasmatosis, están entre las principales zoonosis a nivel mundial, mientras que en Panamá son consideradas enfermedades desatendidas”, razón que lleva al grupo a dedicarse “a la detección molecular de patógenos en garrapatas y otros ectoparásitos, además de buscar anticuerpos en el suero de sus hospederos”.
El GEE ha reportado nuevas especies de Rickettsia y exitosos asilamientos y cultivos de Rickettsia rickettsii y Rickettsia amblyommatis.
Estos estudios del Departamento de Investigación en Entomología Médica del ICGES sobre las enfermedades que transmiten las garrapatas a los seres humanos y los animales, se hace de manera colaborativa con países vecinos, desde Estados Unidos hasta Argentina y Chile.
Los especímenes que colectan forman parte de la Colección Zoológica «Dr. Eustorgio Méndez» del ICGES, “una de las más completas en América Latina en este tema”.
La acarología forense
La acaróloga mexicana Edith Guadalupe Estrada Venegas, quien trabaja en el Colegio de Postgraduados (Colpos) es la vicepresidenta de la Sociedad Latinoamericana de Acarología, la cual inicia con el interés “como países latinoamericanos de compartir problemas comunes y trabajar juntos desde la Medicina, la Veterinaria o las intervenciones agrícolas”.
De igual modo, destacó el interés de la región en ampliar su conocimiento sobre la acarología forense.
“Es conocido que los insectos se utilizan como marcadores para entender cuándo murió una persona, pero los ácaros tienen ciclos más cortos y su estudio permite lograr mayor precisión. De hecho, la acarología forense es ya una nueva herramienta pericial que ha permitido la resolución exitosa de casos criminalísticos».
En América Latina hay experiencias en México, Argentina, Chile y Brasil “y esperemos que más países se interesen”.
Alejandra Perotti, investigadora argentina, quien desde hace 20 años vive en Reino Unido, es profesora asociada en Biología de Invertebrados de la Universidad de Reading (Inglaterra, Reino Unido) y una autoridad en el tema de la acarología forense.
Comentó que “quedan muy pocos acarólogos en Europa y es en Latinoamérica donde se están formando los futuros acarólogos”, de allí que resaltara la particular importancia del evento y el papel protagónico de la Sociedad Latinoamericana de Acarología.
Desde el año 2005 trabaja en la acarología forense, es decir, la utilidad de los ácaros en investigaciones forenses.
Al veterinario forense Pierre Mégnin se le considera pionero en el desarrollo de la entomología forense, “pero fue hace menos de 20 años cuando comenzamos a desarrollar la disciplina desde Europa”.
Tanto insectos como ácaros se usan para informar sobre el tiempo de descomposición de los cadáveres.
“Los ácaros son buenos informantes porque pueden vincular a un sospechoso con un lugar y una víctima. Tienen ADN, es decir, son organismos vivos y al estudiar sus ciclos de vida se puede obtener más información”.
Señaló que este tipo de ácaros se encuentra en prendas de vestir o en el cuerpo de las personas. “Hay ácaros parásitos que pueden explicar tortura, eventos de secuestro e incluso qué ocurrió antes de la muerte de la persona”.
Otra investigación de su interés se vincula con los ácaros foliculares, presentes en la piel de las personas.
“Viven dentro de los poros y, como han perdido los genes de protección contra la radiación UV, mientras dormimos, los ácaros están despiertos y activos”. Estos ácaros nocturnos usan la hormona melatonina que produce el cuerpo humano en la noche para reproducirse.
Su presencia tiene un efecto positivo en la piel, así que más agua y menos abrasivos, reconoce, permitirá a la persona lograr un equilibrio natural.
El último día del IV Congreso Latinoamericano de Acarología se espera generar conclusiones y acciones como parte del aporte de investigadores, especialistas, acarólogos, profesores y estudiantes, reunidos por vocación hacia la Acarología y su impacto en la salud pública.
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