– Infórmate Venezuela –
¿Quién manda en la universidad, quién toma las decisiones? El rector está pendiente de un montón de asuntos, y, en los consejos de gobierno, cada miembro sólo va a defender su parcela.
José Antonio Lozano Teruel, catedrático emérito de Bioquímica y ex rector de la Universidad de Murcia
– Infórmate Venezuela –
Preámbulo.- Hacemos ilación con un pensamiento de Simone de Beauvoir: «El opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los propios oprimidos”. Pero qué otra cosa se puede esperar de una universidad privada y de sus dueños y demás socios avarientos cuando ésta ocupa el ranking subterráneo más allá de 1800 a nivel mundial. Aquí les narro apenas uno de los enésimos actos en contra de la ética, de la ley y de la moral que ejecutan los propietarios de esta universidad privada de nombre P.P. Goyo. La cual es y ha sido objeto de múltiples demandas en las que todo el tiempo ha perdido. Pero son unos desfachatados avaros, por lo que muchos profesores hastiados han preferido irse voluntariamente para eludir controvertir con una banda de miserables. Cuya arma de ruindad es palmar injusta e inmoralmente a los profesores.
Graficando.- A veces nos defraudan las personas y quisiéramos poder ver la mejor versión de ellas, por lo que pareciera que la única que vale la pena allí entre otras menguadas excepciones, es la actual rectora, una mujer bella, talentosa, carismática y educada; pero ¿cómo se zafa ella del lastre de esa genética que la rodea? Ni que fuera Sansón que con la quijada de un burro mató a mil filisteos. ¡Claro que lo expresamos en sentido figurado!. Pero siempre se espera lo mejor de quien en un equipo pudiera representar la ética, la moral y los valores. Sin abstraernos tampoco de la famosa frase de Jim Rohn: “Eres el promedio de las 5 personas que te rodean”. O mejor dicho, “dime con quién andas y te diré quién eres”. Ahora bien, el dueño, el obeso ‘viejo verde’ avariento Malimán se cree un joven robusto, buen mozo por el que arden en deseo las profesoras, las empleadas y las alumnas, sin salir de su letargo, sin despertar de su auto engaño y se encapricha en no atisbar que si lo adulan es por los reales, el dinero o el biyuyo que le roba a los profesores y el cual estafa al alumnado. Ahí el viejo avariento Malimán contrata a jóvenes asesoras que sin tener el mínimo conocimiento de lo que dicen, por el dinero que el viejo les da por sexo, además se prestan para cometer injusticias en contra de los profesores.
Y después no entienden por qué les explota el cáncer.- Ahí te encargo de palmar al profesor le dijo Malimán a su mascota y la fea culiplancha cabezona se encargó de fraguar y ejecutar el maléfico plan cambiando al docente de Facultad e inventó la falta de matrícula para quitarle el cargo, sabiendo que por ser titular tenía que garantizarle carga horaria. Pero le valió madre a la culiplancha no ponerse en los zapatos del otro y sin pensar en el karma y en el destino de ella y de su propio y único hijo adulterino – el negrito que tanto ama – la mujer invocó sobre si el caos y zumbá cometió la vileza y la injusticia en contra de quien nada le debía a ella. Qué lástima que sea el hijo quien pueda por efecto bumerang pagar el daño que por encargo le hizo la madre a otro ser humano, pues todo se devuelve. Y la gente hace maldad y se olvida de la Justicia divina y que el universo todo lo cobra. Y estas inmundicias se sienten victoriosas de haber privado a un humilde profesor de su escalafón, sin escrúpulos, sin experimentar culpa y con sucio envilecimiento.
Cuando el profesor es titular.- En esta universidad, sin miramientos le roban el cargo al profesor titular, quien lo ha obtenido por tiempo de servicios, por experiencia y credenciales, así como con su trabajo de ascenso. Pero portándose cuales ratas los dueños se las ingenian para crear toda una artificialidad de situaciones, donde la universidad por orden del avariento Malimán, despoja, le roba, le quita al profesor titular su derecho de permanecer como docente hasta su jubilación, lo que implicaría que la casa de estudios debe continuarle pagando hasta su muerte, los sueldos y salarios a que tiene derecho en su carga horaria como titular. Porque es que ya se trata de un profesor titular. En tal sentido el profesor es dueño y señor de ese cargo y no puede la universidad en mala lid quitarle ese derecho como lo hacen en esta pocilga de Universidad P.P. Goyo. Que con cobardía, trampas, argucias y descaradas artimañas, para palmar su salida de la universidad, le disminuyen ilegalmente su carga horaria cuando están obligados a garantizarle sus horas como titular. Todo con el objeto de robarle el derecho al profesor titular de permanecer en su cargo laborando dentro de la universidad, porque el cargo es suyo, el cargo es del profesor. Pero estos miserables dueños y otros socios que mueven desde barreras ocultas los hilos de esta universidad privada, son unos asquerosos seres humanos, malignas personas que han de darle cuenta a Dios de sus actos repulsivos, así como palmar a los profesores para robarle su titularidad.
Los aduladores del dueño.- El asunto se agrava cuando otros profesores marionetas, títeres, mascotas y monos voladores jalabolas se alían con los dueños narcisistas y psicópatas, en contra de otros profesores sin saber que están escupiendo para arriba y la saliva les caerá en algún momento también. Adulan al dueño para obtener prebendas mientras en agavillamiento cobarde violan los derechos de sus compañeros y colegas traicionándolos e inventándoles infamias y les sirven de rastreros genuflexos al amo Malimán como espías e intrigantes ejecutores de sus órdenes injustas y al cual artificiosamente y con descaro lo hacen ganador de la razón así no tenga la razón. Sufren estos traidores del síndrome de Helsinki, cuando también siendo explotados justifican a su explotador. Una razón ilícita, ilegal, inmoral y de analfabetismo espiritual. Seguramente el avariento Malimán con el dinero que roba a los profesores, con eso pagará al barquero al morir, para que lo lleve hasta la otra orilla, donde seguro lo estarán esperando las joyas, la casa, los apartamentos, los automóviles, los cirujanos plásticos para seguirle quitando las arrugas, y todas las riquezas de las cuales se hizo despojando artera y malamente a los profesores de sus derechos, de sus salarios y de sus prestaciones; además de injuriarlos y sabotearles la reputación para sentirse justificado.
Con un decadente y desprestigiado ranking , la Universidad P.P. Goyo no figura ni siquiera entre las primeras 1000, sino en un abismo más allá de las 1800.- Solo percátense del precario valor que el ranking mundial le otorga a este remedo de Universidad. Definitivamente se trata entre las peores de una peor universidad. Pero no por sus profesores – aunque de todo hay en la Viña del Señor –, sino por la avaricia y el ladronismo de sus propietarios, por el arrodillado gobierno universitario y los directivos que no son otra cosa que esclavos Stephen Candie del amo avariento Malimán, pseudónimo con el que deseo y quiero señalar y calificar al hombre maligno, malo o malicioso. La infraestructura física (el Campus) es un asco, se trata de una verdadera pocilga. Pretenden los dueños de esta Madre sin Alma, tal como esconden sus vejestorios rostros con malas cirugías plásticas y que detrás de las orejas se les escurren los cueros; también maquillan las ruinas de la demolición del inservible asiento físico de la universidad echándole manitos de pinturas baratas compradas en rebajas en ferreterías de mala muerte; así como esconden sus excretas los gatos pero el olor de su propia mierda los delata.
Entre otras irregularidades también Pisotean a la LOPCYMAT.- Esta universidad desde sus inicios comete, ha cometido y sigue cometiendo una violación flagrante a la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo LOPCYMAT. El Campus o la infraestructura física de la Universidad P.P. Goyo, es maquillada con pintura de mala calidad, que como cosmético pirata se cuartea, genera alergias y produce acartonamiento, engañando a incautos con un buen lejos, pero decepcionando con un muy cerca o con un estar dentro. Con horripilantes pisos de cemento opaco aunque alguna vez en tiempos de María Castaña fueron pulidos, ahora están agrietados y con huecos que asombran y no alfombran. Mal puede llamarse universidad a esta «cosa» , cuando siendo privada debería dar mejor imagen, pero los dueños son tan avaros que ni a esa fantasmagoría de empresa le inyectan inversión. Cuando llueve, escampa primero afuera que en los salones de clases los cuales se inundan por los huecos de los techos de zinc, que reiteradamente también se caen a pedazos carcomidos por el óxido y se levantan dejando expuesta a la intemperie la parte interna de la edificación o mejor dicho de la demolición. La mayoría de los pisos están bofos con el peligro de que en cualquier momento se fracturen y alguien puede ser tragado por la tierra. Los pupitres destartalados que rompen las ropas, un decadente y mal funcional sistema de acondicionamiento de aire que pide reemplazo porque incluso las máquinas las instalaron usadas de segunda mano y en vez de frío echan aire caliente y mayor es el tiempo que están apagados los AA , porque no tienen eficacia y despiden mal olor. Con unas máquinas de computación chatarra no existe modernidad ni tampoco innovación (20 clones con monitores culones del año de la pera , a eso se contrae la patética sala de computación) y con programas ilegales que han plagiado a Microsoft porque no han comprado las licencias. No hay provisión de agua potable y las tres tazas sanitarias instaladas para uso del pregrado arden en mierda y en orín, porque la del postgrado rara vez está disponible. Venden malos productos – seudo alimentos – a los estudiantes a precios exorbitantes en la cantina o cafetería propiedad también del avariento Malimán. Tiene esta choza o casucha de estudios una mínima e improvisada segunda planta que constituye una octava parte de la infraestructura física (un garabato de Campus) cuyos pisos son de madera vencida infectada de termitas, tan pero tan vieja y debilitada que cruje cuando se camina sobre ella y amenaza con desplomarse o partirse para causar graves daños a la vida humana, como en efecto ha sucedido.
La universidad es una estafa.- En fin esta universidad es una estafa, es un engaño, es un fraude y osan en publicitarse en las redes sociales como si fuese una universidad de altura o de primer ranking, cuando deberían cambiar su eslogan como la universidad de los mojones, porque mojoneros si son. Seguramente su epónimo ha de estar muy enojado porque le robaron su nombre, por haberse el avariento Malimán, apropiado de una figura que representa en otros escenarios un asunto más excelso, pero que en adjetivación de esta “casa de estudios inferiores” su nombre lo han desprestigiado y por el cual ni a sus familiares Malimán les paga regalías, porque este trasplantado de cara es un miserable. Recuerda adúltero y avariento Malimán, que ese nombre no te pertenece. ¿Pero cómo hacerte entender si estás acostumbrado a robar?
Que deplorable es de frente, de lado, por dentro, por arriba y caricantiada.- Por la jactancia, prepotencia, echonería y narcisismo con los cuales se desplaza y ostenta riqueza el dueño avariento Malimán y todos los avarientos Malimán, se esperaría por lo menos que la Universidad P.P. Goyo, exhibiera una mejor fachada, digna de llamarse una Alma Mater; que luciera y desplegara su nombre con arte en letras doradas en alto relieve u otro acabado tallado en piedra , mármol o granito, que dignificara por lo menos ex profeso y en la primera impresión al Campus. Pero lo que ostenta como fachada la Universidad P.P. Goyo es una pancarta gigante de mala muerte que da pena y vergüenza universitaria y que esconde, tapa y oculta la parte frontal de tan destartalado y afrentoso Campus. Lo que alguna vez fue un estacionamiento y un taller mecánico, ahora es el Campus de la Universidad P.P. Goyo y así permanece sin mayor habilitación para impartir educación superior. Y no se han preocupado sus dueños y los socios o el dueño avariento Malimán que le exprime el máximo provecho económico de manera inmoral, que cuál avaro no le cambia el rostro ni le lava la cara, ni le busca otra sede u otro Campus a su trampita de hacer dinero explotando soterradamente un giro de negocio al cual debiera darle una tangible resaltación. Pero a estos tipos Malimán no les da vergüenza hacerse llamar los dueños de este parapeto de Campus, mientras les sirva de entrada supuestamente «honrada» de dinero, para manejarse en sociedad con una virtud que no poseen realmente.
Un triste, lamentable y marginal Campus.- Con pancartas de mala calidad, promociona a su Universidad, porque entre más baratas menos gasta y más se enriquece el dueño avariento Malimán. Y porque el avariento Malimán prefiere invertir en pancartas que en levantar y construir físicamente una infraestructura sólida y segura que ofrezca la certeza de un verdadero Campus. Esta universidad se hace publicidad a través de pancartas sin respaldo en la realidad, como un engaño a la credulidad ajena, como una oferta engañosa porque al llegar al sitio y darse cuenta de la infraestructura todos se sienten estafados porque de Campus no tiene nada sino más bien semeja un miserable rancho a lo venezolano y no un rancho a lo mejicano. Es un Campus improvisado, mal construido o elaborado con materiales de ínfima calidad como zinc o cartón piedra; donde riesgosa y peligrosamente reciben clases los estudiantes que pagan bien y pagan mucho en un quebradizo seudo Campus, donde exponen sus vidas y su seguridad y donde los egresados prefieren pregonar que estudiaron en otra ciudad o en otra urbe, en vez de confesar de haber sido explotados por la casta Malimán. Una infraestructura a punto de desplomarse, pequeña, fea, tétrica, lúgubre y aburrida. Como se ha descrito, la Universidad P.P. Goyo es un escombro, que pareciera un estacionamiento en desuso o abandonado, un taller mecánico de mala muerte en una esquina donde a cada rato atracan a los estudiantes a punta de armas de fuego, quienes están expuestos como corderos al matadero, por la inseguridad de la zona y la negativa del avariento Malimán de pagar mejor custodia. A los propietarios de esta Madre sin Alma, no les parece lucrativo invertir en la infraestructura de la universidad ni en seguridad humana efectiva, porque toda la ganancia que obtienen pagando salarios de miseria y de esclavitud a los profesores, además de cobrar altísimos montos a los estudiantes por unidades de crédito y en matriculas súper infladas, como si se tratase de una universidad en el ranking número uno, siendo que aparece más allá del 1800 a nivel mundial; toda esa ganancia mal habida es para ostentacion del avariento Malimán y de sus amantes. De modo que todo lo que no invierten en la infraestructura o en el Campus, se va para los bolsillos de la familia Malimán y las cirugías estéticas para verse jóvenes aunque los cueros se les salgan por detrás de las orejas.
EL Campus de la Universidad P.P. Goyo es un barranco, con un ranking subdesarrollado de 1800 lugares alejado de la calidad.- Solo porque al conjunto de terrenos y edificios pertenecientes a una universidad y donde ésta funciona, se les llama Campus, es que a este adefesio de estructura de la Universidad P.P. Goyo aquí en esta epístola aún sin serlo se le adjetiva también de Campus, pero no porque sea un verdadero o real Campus. Imagínense la sepultura y artificio de esta universidad, que si el centro de la tierra está a algo más de 6300 kilómetros de la superficie, solo calibren que esta dizque casa de estudios o Madre sin Alma, está a más de 1800 años luz de ser considerada como universidad de calidad y cuyos egresados puedan entonces ser distinguidos y valorados en cualquier parte del mundo y no como provenientes de una “casa de estudios inferiores”. Y peor aún con un seudo Campus que deshonra y pone en riesgo la vida de los estudiantes, de los profesores, de los empleados y de los obreros.
Los indignos subterfugios para palmar a los profesores.- En lo que constituye un entramado de bajezas e intrigas, y aun sin pruebas ni comprobaciones de ninguna naturaleza, ni siquiera convincentes sino traídas de los pelos, por capricho y con mala intención cuando los profesores no le hacen caso a sus insinuaciones sexuales, cuando de palmar injustamente a un profesor se trata, ahí sale de espontánea en la maldad de hacer esa iniquidad, la culiplancha cabezona, una experta mona voladora jalabolas y mascota del dueño avariento Malimán, una de sus siniestras queridas o amantes en el harén del desenfreno de este hipócrita, asqueroso y adúltero pellejudo. Ella ha de palmar a quien sea con tal de adular al anciano avariento Malimán para que le dé un cargo en el gobierno universitario. Y así lo ha hecho y junto a su hermana desacredita o de viva voz expone la verdad deplorable sobre esta casa de estudios. Ellas además de palmar a sus víctimas, en su círculo exponen las malignidades de la P.P. Goyo y ponen al descubierto lo que es más evidente que la situación de esclavos de los trabajadores, que se trata de su desastroso Campus y el robo descarado de los sueldos, los salarios, las prestaciones. Ah, pero bueno, los Malimán y sus jalabolas si se pagan y se dan el vuelto en altos salarios, mientras explotan a los profesores.
Sus dueños son estafadores.- El avariento Malimán en la Universidad P.P. Goyo, se las ingenia para apropiarse de las prestaciones sociales de los profesores que por años le han servido en su empresa familiar y que han colocado a disposición de la universidad sus saberes, su preparación y su background docente y experiencial. Y entonces con el Gedo instalado – que también y sin que los compradores tengan que estudiar venden los títulos en altas sumas de dólares – que tiene para esos fines, les retienen los aportes al seguro social obligatorio, pero no registran al profesor en el Seguro Social ni les enteran esos descuentos al instituto. He aquí otra perversión de la P.P. Goyo. Así un dedicado pero explotado y maltratado profesor fue irrespetado y le violaron sus derechos humanos después de haber trabajado por 10 años en la Universidad P.P. Goyo, de lunes a viernes y los sábados y los domingos, en la mañana de 7 am a 12 meridiem, en la tarde desde la 1 pm hasta las 6 pm y en la noche de 6 pm hasta las 10 pm, en horarios estranguladores y deshumanos, en una zona insegura e insalubre, creyendo ingenuamente que el patrón el avariento Malimán le reconociera el esfuerzo y la dedicación y le pagaría lo que por ley se había ganado, pero este ingenuo profesor se cayó para atrás como Condorito, cuando le salieron con la burlona suma de poco menos de treinta y cuatro dólares por 10 años de servicio y para colmo la liquidación fue solo por 8 años, o sea que le robaron 2 años.
Otro ardid para no jubilar a los profesores.- El asunto de este plan malévolo de deshacerse malamente de los profesores es porque en esta Universidad P.P. Goyo, se adelantan en bajeza de estratagemas para no jubilar a los profesores cuando siendo titulares alcancen el tiempo de ley y a como dé lugar no quieren o no pretenden erogar los dineros o las sumas de dinero periódicas que tendrían que pagar a los jubilados y entonces los estafadores dueños de esta universidad hacen uso de distintos ardides para desconocer y palmar a su staff de docentes titulares, desconociéndoles el derecho que tienen y que les asiste de que les paguen su pensión o su salario una vez que alcancen la edad y el tiempo requeridos. No permite la Universidad P.P. Goyo que ningún profesor permanezca por el tiempo suficiente porque los dueños estiman que para ellos es peligroso y es un desfalco, no se vaya a constituir el profesor en un jubilable por su edad o por su tiempo de servicio, por su titularidad y su nivel y eso no les conviene. Y entonces suciamente arremeten para palmar al profesor.
¿A quiénes sobornan para funcionar con tan deplorable Campus? .- Con la publicidad que atreve a hacerse en las redes sociales – por la pichirrería de no pagar en los medios – , donde la Universidad P.P. Goyo se ofrece como lo inigualable, lo insuperable, lo máximo, lo mejor de lo mejor, cuando es la universidad de “los mayores embaucadores”. Salvo en zona de guerra y en ese caso no estaría habilitada; no es concebible en ningún país el funcionamiento de una universidad privada que se lucra de la educación y la formación académica, que exclusivamente persigue el enriquecimiento de sus dueños o propietarios, los cuales le sacan un altísimo provecho económico; entonces no es lícito, ni legal, ni moral que oferte carreras teniendo como sede un montón de escombros, con una infraestructura física en ruinas y que la autoridad encargada de supervisarla no pille aun con una desprevenida mirada que esta casa de estudios no alcanza ni siquiera el mote de una casucha o cuchitril porque le queda grande llamarla o reconocerla como un Campus.
La prolija regulación ha contribuido a convertir las universidades en instituciones extraordinariamente burocratizadas y ensimismadas.
Clara Eugenia Núñez – ex responsable de Universidades de la Comunidad de Madrid.
Dr. Crisanto Gregorio León
[email protected]
– Infórmate Venezuela –